DESGOBIERNO ABSOLUTO EN LA FIFA
Villar pasó el día escondido en Santo Domingo de la Calzada
Angél María Villar no fue al entrenamiento de España ni salió de casa. Es vecino del lehendakari Urkullu. La urbanización en la que está el chalé la construyó Eneko Arieta.
Villar no salió de casa. No asomó la cabeza en todo el día y ni siquiera acudió al entrenamiento de la Selección, como habían anunciado sus colaboradores en la Federación. Ante los acontecimientos en Suiza y la suspensión de Blatter y Platini, el presidente de la Federación prefirió pasar la jornada en su chalé de la urbanización Las Nogueras, en la carretera de Bañares, a las afueras de Santo Domingo de la Calzada. Nadie del pueblo le vio por sus calles durante todo el jueves. Ni tan siquiera cerca de la catedral, a la que rinde visita cada vez que ocupa su casa en La Rioja.
Las Nogueras es un residencial de chalets con zonas deportivas y txoco comunitario. Fue levantada por un exjugador del Athletic, Eneko Arieta, que tras dejar el fútbol se metió a constructor. Allí compraron muchos otros futbolistas del Athletic, entre ellos, además del propio Villar, los hermanos Rojo. También es vecino de la zona el Lehendakari Iñigo Urkullu, que está casado con Lucía Arieta, hija de Eneko. Tienen una casa en la vecina urbanización Bide-Bieta. Algunos veranos hubo partidos entre el equipo de Las Nogueras y el de Bide-Bieta. Se jugaban en el campo de fútbol del Colegio Menesiano. Villar participó alguna vez, hace ya muchos años. Como también Rojo. Urkullu asistía como espectador. Nunca se le vio de corto.
El gusto de los jugadores del Athletic por La Rioja viene de lejos. Antes del desembarco facilitado por las casas construídas por Arieta, el gran Telmo Zarraonandia, Zarra, ya veraneaba en la cercana estación de esquí de Valdezcaray. Luego, con el tiempo, la moda cambió. Mientras que los jugadores del Athletic de la generación de Villar se quedaron en La Rioja, otros más jóvenes, como Alkorta o Aitor Ocio, se marcharon a veranear a Zahara de los Atunes. La última generación, la de los Ander Herrera, Llorente y compañía, se mudó a Ibiza.
Villar, que huye de los focos, nunca ha veraneado en Ibiza. Ni lo hará. Tiene casas de veraneo, además de en Santo Domingo de la Calzada, en Altea y en Manzanares el Real. Para escabullirse prefiere La Rioja. Justo donde pasó el día de ayer, el más movido en la historia del fútbol internacional. El día en el que suspendieron a la vez a los dos máximos dirigentes de la FIFA y de la UEFA, organizaciones de las que Villar es vicepresidente y aspirante al trono. Por eso, con la que estaba cayendo, prefirió quedarse en casa, que es justamente donde casi nunca está. Sus múltiples viajes se lo impiden.