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BARCELONA | MASCHERANO

Mascherano: "Si no jugase de central, no estaría en el Barça"

Cuando Pep Guardiola le dijo que su opción para jugar en el once del Barça pasaba por jugar de central, fue consciente de que necesitaba aprender.

Argentina's midfielder Javier Mascherano gestures during a training session in Ezeiza, Buenos Aires, on October 5, 2015 ahead of the 2018 FIFA World Cup Russia qualifier football match against Ecuador to be held in Buenos Aires on October 8.    AFP PHOTO / JUAN MABROMATA
JUAN MABROMATAAFP

En una entrevista que publica la revista 'Panenka', Mascherano comentó que para él "los noventa minutos son un sufrimiento, por el hecho", dice, "de estar plenamente concentrado, de no equivocarme, de estar atento no solamente a lo mío sino también a lo que hacen mis compañeros".

"Digamos que no le encuentro el sentido a lo que muchos dicen de 'salgo a la cancha a disfrutar'. No, yo no salgo a la cancha a disfrutar, yo disfruto entrenando, aprendiendo, pero durante los 90 minutos no disfruto del partido", dice.

Mascherano admite que si no hubiese empezado a jugar de central -en el Liverpool y en la selección argentina juega de mediocentro defensivo- "seguramente" ya no estaría en el Barça: "Yo ya lo sabía: ser pivote en el Barça era casi imposible".

Asegura que sufre más actuando como central. "No es mi posición y eso que yo ya me siento central. Decir que soy un central 'reconvertido' sería una excusa por mi parte. Pero insisto, cuando juego en el medio, lo tomo como un premio y por lo tanto lo disfruto mucho más", indica.

Comenta que cuando Pep Guardiola le dijo que su opción para jugar en el once del Barça pasaba por jugar de central, fue consciente de que necesitaba aprender.

Preguntado sobre qué le falta a Argentina si no le alcanza con tener en sus filas a Leo Messi, el mejor jugador del mundo, para conseguir muchos títulos, Mascherano recuerda que en una selección hay "15 ó 20 jugadores con distintos pensamientos, distintos matices e incluso roles que los que desempeñan en su club".

"Todo esto requiere tiempo y en la selección no lo hay. Fíjate en los últimos dos campeones del mundo: España contaba con seis o siete jugadores del Barça; Alemania, con seis o siete del Bayern. Nosotros no tenemos esa posibilidad, por eso es más difícil", dice.

No tiene inconveniente en admitir que le gustaría terminar donde empezó todo: en River Plate. "Pero no a cualquier precio. Si no estoy en condiciones de aportarle a ese club lo que he aportado a mis anteriores equipos, no regresaré. Se tiene que dar de forma natural", argumenta.

"No había otro camino. Me di cuenta de que con lo que venía al Barça no me alcanzaba, ni siquiera para permanecer en el club", afirma.

Asegura que "uno es líder porque te hacen serlo los demás, no porque uno lo pretenda" e insiste: "No necesito ni un mote -en el mundo del fútbol se le conoce como 'el jefecito'- ni un brazalete para dar mi opinión en el vestuario".