Godín marca en la histórica victoria charrúa en La Paz

Uruguay ganó por primera vez en su historia en la altura de La Paz y empezó de la mejor manera su camino hacia Rusia 2018. Los dos años que discurrirán desde el arranque de las eliminatorias hasta el final de la liguilla, ya con el nombre de los equipos clasificados para el Mundial encima de la mesa, se comprimieron en un primer partido vibrante a 3.600 metros de altura, donde el oxigeno es más preciado que el talento, el lugar en el que una bocanada de aire pesa más que un regate.

Jugaron como si el Mundial estuviera a la vuelta de la esquina unos y otros, desafiando el riesgo de saberse inferiores los locales y combatiendo a duras penas el mal de altura los visitantes. Uruguay no pudo contar ni con Cavani ni con Suárez y, pese a ello, buscó la portería contraria desde el primer minuto como si el maleficio de no haber ganado nunca en La Paz esta vez incumbiese a otro equipo, no al suyo.

Por si acaso, Muslera se hizo de piedra maciza cada vez que lo intentó Bolivia, conducido por la zurda fantástica de Jashmani Campos. Es época de turbulencias en la selección boliviana, con jugadores clave como Raldes y Moreno Martins fuera por discrepancias con el técnico, y la ilusión dura lo mismo que un suspiro. En este caso lo que fue desde dos peligrosos lanzamientos de Campos al primer tanto charrúa, obra de Martín Cáceres. El charrúa pasaba por el área en un remate de Abel Hernández y remató con el veneno de un delantero, lo que precisaba exactamente la jugada.

Bolivia mantuvo la tensión y fue capaz de hacer daño a la defensa uruguaya, siempre parapetada eso sí por Muslera. La mejor opción la tuvo Duk tras un reverso sobre Godín que acabó estrellado violentamente en el larguero. También Uruguay enseñó los colmillos en un tiro de falta de Sánchez que tocó Vaca para desviar a córner. El partido seguía comprimido, como quedó demostrado en otro buen lanzamiento de falta de Campo y un remate de Chumacero que detuvo Muslera.

Le interesaba a Uruguay convertir el duelo en un ejercicio de veteranía, en el que Bolivia se fuera desesperando y el paso de los minutos les beneficiara a ellos. Así fue. En una falta lateral, en esas artes en las que los uruguayos se manejan como ninguno, Godín se elevó por encima de todos y marcó un segundo gol que narcotizó definitivamente a Bolivia y al partido en sí. Torrico fue expulsado por agredir a Giménez y los últimos minutos sirvieron para saborear la historia, la que nunca había permitido a Uruguay ganar en los 3.600 metros de altura de La Paz. Siempre hay una primera vez. Lo fue en el estreno del camino hacia el Mundial de Rusia.