Los cinco mejores argentinos en la historia del Atlético de Madrid
Correa busca hacerse un hueco en la historia del Atlético y situarse a la altura de varios de sus compatriotas, que marcaron época en la historia de la entidad.Griezmann, MVP de la final
En el pódium de los cinco mejores argentinos rojiblancos se podría situar a:
1. Agüero (2006-2011).
El Kun llegó de Independiente como el clon argentino de Romario y no decepcionó. Primero junto a Torres y después al lado de Forlán, el argentino se convirtió en uno de los jugadores más desequilibrantes del continente. Marcó 101 goles en 234 partidos con el Atlético. Fue pieza clave para que los títulos volvieran al Manzanares tras 14 años de sequía y además colaboró decisivamente para que el club regresara a la máxima competición continental. Ganó con el Atlético la Europa League de 2010 en aquella final con el Fulham y después consiguió también levantar la Supercopa de Europa tumbando al Inter. El Kun era y es pura magia un jugador que aúna talento, calidad, instinto y un regate diabólico. Su descaro le valió la admiración de Europa y muchos grandes llamaron a su puerta. En el Atlético le quedó como asignatura pendiente avanzar algo más en la Champions, donde nunca superó los octavos de final, y su salida del club. No abandonó el Manzanares de la mejor de las maneras.
2. Griffa (1959-1969).
El expeditivo central marcó una época en el Atlético y no sólo porque vistiera durante diez años la rojiblanca. Creó escuela y dejó grabada una mentalidad que todavía sirve de referencia. Es un icono de una manera de vivir y entender el fútbol. Griffa era un ganador que contagiaba a su equipo, que encarnaba como nadie en el fútbol el apelativo de cacique y que dejó impregnada de grandeza la historia del club. Vivió una de las épocas más brillantes al conseguir ganar una Liga, una Recopa y tres Copas. Pero sobre todo colaboró a que el Atlético se granjeara una imagen de respeto cada vez que aquel equipo saltaba al campo. Simeone, tanto jugador como de técnico, Ha seguido esas líneas maestras que su compatriota ya escribiera hace años. Además abrió la puerta para que otros defensas sudamericanos hicieran las maletas y cruzaran el charco para instalarse en Europa.
3. Ayala (1973-1980).
Fue un fichaje estelar del Atlético junto a Heredia, quien también debería tener cabida en este repaso. Velocidad y regate, eran las señas de identidad del Ratón, aderezadas con esa particular estética. El bigote, esa melena al viento, los rivales quebrados a la espalda y la afición colchonera de pie. No era un goleador, pero mantuvo unas cifras realizadoras interesantes para un extremo que servía en bandeja gran cantidad de goles. Venía de ser ganador con San Lorenzo y en el Atlético continuó con éxitos al más alto nivel. No pudo jugar la final de la Copa de Europa del 74 en Bruselas por sanción, pero se sacó la espina en la Intercontinental ante sus compatriotas. Marcó el segundo gol en el partido de vuelta que dejaba el título internacional más importante, hasta el momento, en la historia del club. Además, levantó también una Liga y una Copa. El Ratón es también una leyenda colchonera.
4. Ovejero (1969-1974).
Creció en el Fortín de Vélez, allí fue donde se forjó el otro cacique atlético. No en vano llegó para sustituir a Griffa. Y cómo lo hizo. Hercúleo, de espaldas que nunca se acababan, con una presencia devastadora y una contundencia que hacía pensárselo dos veces al contrario a la hora de pisar el área que defendía este defensa central. Acompañaba esa tremenda fortaleza con una agilidad impropia. Dos Ligas y una Copa ganó en uno de los lustros que más se recuerdan del club. El Cacique del Área se midió a los mejores atacantes de la época. Cruyff y Pelé se sometieron a sus rigores y continuó en el Atlético aquella escuela que había implantado Griffa. Ovejero ganó la Copa como jugador y en 1991 lo hizo también como entrenador del Atlético.
5. Simeone (1994-1997 y 2003-2005).
No podía apartarse al Cholo de este elenco. Quizá no se hace justicia con otros como el propio Heredia, Madinabeytia o Panadero Díaz, pero Simeone fue un gran protagonista en aquel Atlético del Doblete del 96. Indudable que, como Griffa, puso el acento y el carácter ganador a un equipo histórico. Aquel equipo de Antic era calidad, pero también era el del orden, el que no daba una pelota por perdida, el que no rehuía una disputa, un equipo con llegada al área rival y, sobre todo, orgullo. Todo ello lo representaba Simeone en una temporada, la 95-96, histórica. Para la historia quedará aquel gol al Albacete para volver a depositar la Liga en las vitrinas colchoneras.