Los Cármenes, lleno de dudas
Un punto conseguido de los doce disputados en casa y la pérdida de identidad provocaron los pitos de protesta por parte de la afición.
De hecho, tal y como era de esperar, la parroquia rojiblanca mostró su contrariedad durante el encuentro ante el Deportivo. El murmullo de desaprobación fue una constante durante toda la tarde y se pudieron escuchar pitos de protesta durante algunas fases del encuentro, especialmente tras el gol visitante y cuando el árbitro señaló el descanso. En realidad, más allá del resultado, que también fue lamentado en voz alta, el público silbó por el espectáculo que vio, un equipo con un estilo alejado de las señas de identidad que han mantenido erguida la idea de Sandoval.
Hasta ahora, los aficionados se han contentado con la propuesta que había defendido el Granada, del todo ofensiva al menos en su concepción, y con algunos buenos ratos de juego como la segunda parte ante el Eibar, la primera frente al Villarreal, la primera en Getafe y las salidas a Valencia y el Santiago Bernabéu. Aún sin resultados, esas intenciones habían sido suficientes para mantener la ilusión y mitigar el escozor de los resultados. Pero ante el Deportivo, seguramente muy presionado y mutilado en su confianza, el Granada se mostró incapaz de llevar el peso ni de crecer a partir de la posesión, y hasta pareció conservador en su alineación, temeroso de otro mal resultado. Lo peor es que se alejó de la idea inicial, perdió la identidad y trasladó las dudas a la grada.