El líder y Soldado ponen en jaque la era Alcaraz en Orriols

Qué diferentes se ven las cosas en Levante y Villarreal. Mientras los amarillos disfrutan en las alturas en Orriols se les resiste la primera victoria y empiezan a hundirse en la tabla. Nada que ver las dudas que genera Lucas Alcaraz y el “incompleto” (como definió el propio técnico) proyecto granota con la ascendente dinámica de un Submarino que avanza velocidad de crucero practicando el mejor fútbol del campeonato. Y ya lo hizo el curso pasado durante muchas fases de la competición. Que tampoco se llegan a acercar ni mucho menos los presupuestos de ambos es verdad, pero también hay que ver cómo han invertido unos y otros sus recursos.

A Marcelino, de momento, le da para plantear dos competiciones al máximo nivel y tener al equipo líder. Y eso que arrastra bajas significativas. El técnico continuará hoy con su política de rotaciones, pero con Soldado y Baptistao inamovibles en la punta. Ellos son el orgullo de su afición (1.200 seguidores del Villarreal acompañan hoy al equipo) y la amenaza del Levante (y de cualquiera). Y más viendo la fragilidad defensiva de los azulgrana que ya fueron de los más goleados la temporada pasada y llevan el mismo camino en ésta. Porque, al menos por ahora, está quedando demostrado que por más gente que acumule Lucas detrás no le sirve de nada.

Y ahí está la película. Que el técnico granota va a seguir fiel a su idea del 3-5-2 (o 5-3-2, según se mire). Y ésa ya se vio en Orriols el año pasado con un Mendilibar que acabó en la cola del paro a las primeras de cambio. Ante el Villarreal se la juega y todo lo que no sea un triunfo podría (y casi debería) apuntillar la era Alcaraz aprovechando que llega otro parón liguero. Él lo sabe y el resto del levantinismo, también.