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LA INTRAHISTORIA

“En el aspecto táctico, el fútbol sueco es un poco desastre...”

El excastillista Raúl Ruiz emigró al Halmstad en la 2010-11: “Tienen un nivel en un escalón entre nuestra Liga Adelante y la Segunda B, un juego directo y basado en el físico”.

En 2010. Los españoles Zamora, Javi H. (primo de Guti) y Raúl Ruiz.
Halmstad

De ir convocado con el Madrid de Pellegrini a Riazor a acudir a entrenarse con el Halmstad sueco en bicicleta. En 2010, el entonces castillista Raúl Ruiz (Alicante, 25-3-1990) hizo el petate y junto a sus compañeros José Zamora y Javi H. (primo de Guti) decidió vivir la aventura de jugar en la Allsvenkan, la Primera sueca, y aceptó la oferta para irse cedido al modesto club nórdico, a 140 kilómetros al norte de Malmoe, donde jugará mañana el Madrid. “Venía de estar mucho tiempo de baja por una pubalgia y nos llamó el entrenador del Halmstad, que era español, Josep Clotet. Ni me lo pensé...”, recuerda Raúl Ruiz, que hoy día milita en el Guijuelo de Segunda B.

El excanterano blanco, miembro de la generación del Castilla de Rodrigo, Nacho, Adán y Mosquera, explica para AS qué le espera al Madrid con el estilo del fútbol sueco. “Tienen un nivel en un escalón entre nuestra Liga Adelante y la Segunda B, un juego directo y basado en el físico. Tácticamente son un poco desastre. Clotet intentó importar los fundamentos del fútbol español, pero tuvo que desistir”, recuerda. ¿Y el Malmoe? “Es como el Madrid de Suecia, siempre el rival a batir”, comenta. Aún así, les da pocas posibilidades. “Este año lo están pasando mal y puede ser una goleada del Madrid”.

La vida en Suecia fue, en todo caso, una experiencia en sí. “Cuando llegamos la nieve cubría hasta los coches. Recuerdo que dijimos, ‘¿Dónde nos hemos metido?”, explica riéndose. El sueco, por descontado, fue una barrera. “El club prefirió ponernos una profesora de inglés que venía a casa, y al final acababa haciéndonos hasta la comida. ¡Pobre mujer...!”.

El trío de canteranos blancos sólo estuvo tres meses, pero Raúl pudo quedarse: “Me ofrecieron tres años de contrato, pero en el Madrid me dijeron que volviera. Después, ya en Valdebebas, el míster, Toril, me explicó que no contaba conmigo y me tuve que ir. Me arrepiento de no haber hecho más por seguir en el Halmstad, pero el Madrid era el Madrid...”.