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BARCELONA

Las familias de los niños vetados denunciarán a la FIFA

'La Graderia' de Radio Barcelona apuntaba que la decisión de la FIFA podría violar varios convenios internacionales referentes al derecho al trabajo.

Pancarta en las gradas del Camp Nou.
CARLOS MIRADIARIO AS

Un grupo de diez familias de los jugadores menores de edad con ficha en los equipos de fútbol base del Barcelona a los que la FIFA les impide jugar con el club blaugrana han decidido rebelarse y han formado una plataforma para denunciar al máximo organismo internacional ante la justicia ordinaria por atentado contra los Derechos Humanos.

La noticia fue desvelada por La Graderia de Radio Barcelona y en ella se apuntaba que la decisión de la FIFA podría violar varios convenios internacionales referentes a los derechos fundamentales sobre dónde trabajar, la circulación de personas y los derechos de los niños.

En 2013, la FIFA inició los trámites de un expediente sancionador al Barcelona que concluyó con la sanción de dos ventanas de mercado sin poder fichar al violar el artículo 19 del Reglamento del Jugadores. Hasta 31 jugadores fueron investigados por la FIFA, pero el club demostró que 19 de ellos tenían una situación normalizada.

Al resto, se les impidió jugar con sus equipos y ya pareció que la situación estaba controlada. Unos optaron por únicamente entrenarse y no jugar y otros volvieron a sus países. La sorpresa llegó este septiembre, cuando la FIFA volvió a la carga y denunció a 8 jugadores más.
Como medida preventiva el Barcelona no inscribió a esos ocho jugadores (a los que hay que sumar tres más de fútbol 7) para evitar males mayores, aunque en la mayoría de casos se trataba de jóvenes futbolistas que o bien llegaron a Cataluña de muy pequeños o incluso nacieron en España de padres inmigrantes y ficharon por el Barça de otros equipos federados.
Sirva como ejemplo el caso de Imad El Kabbou, que llegó a Calafell con dos años, jugó en el equipo del pueblo y ahí llamó la atención del Barça, que le incorporó al equipo Benjamín. Otros llegaron del Espanyol o la Damm.

Pero el caso que colmó el vaso de la paciencia de los padres fue el de el camerunés Patrice Soussia, al que la FIFA no solo le impide jugar como federado, sino que además le prohíbe entrenarse y vivir en La Masia. Ahora vive en casa de un compañero de equipo y se entrena con El Prat. A partir de ahí, los padres de los jugadores han dicho basta. Se organizarán y llevarán a la FIFA a la justicia acusándola de impedir el sueño de sus hijos.