Jerome Valcke fue destituido en un avión rumbo a Moscú
Valcke fue informado en el jet privado de la FIFA de que había sido cesado. El avión recibió la orden de dar la vuelta en pleno vuelo y regresar a Zúrich, de donde había despegado.
El secretario general de la FIFA fue destituido de su cargo mientras volaba a Moscú para participar en el acto celebrado ayer en la Plaza Roja, el inicio de la cuenta atrás del Mundial de 2018.
Jerome Valcke fue informado en el jet privado fletado por la FIFA de que había sido cesado fulminantemente. El avión recibió la orden de dar la vuelta en pleno vuelo y regresar a Zúrich, de donde había despegado. Valcke está acusado de participar en la reventa de 8.750 entradas. La denuncia la interpuso el empresario Benny Alon, dueño de la empresa JB Marketing, socio de la FIFA, que ha aportado algunos documentos que prueban que hubo negocio con la reventa de entradas en el Mundial de Brasil.
El abogado de Jerome Valcke en Nueva York, Barry Berke, aseguró en un comunicado que su cliente “niega las acusaciones, que son falsas, inventadas y escandalosas”.
Valcke también está siendo investigado por la Justicia de Estados Unidos por otro asunto oscuro, el recorrido de diez millones de dólares pagados por Sudáfrica que acabaron en las cuentas de Jack Warner, vicepresidente de la FIFA pendiente de extradición.
Mientras tanto, ayer declaró en Nueva York el presidente de la empresa Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco, quien aceptó ser juzgado por los cargos de corrupción por la venta de los derechos de televisión de la Copa América. El fiscal, Evan Norris, pidió un aplazamiento de la vista ante la inminencia de nuevas detenciones por el FIFAGate. El juez aceptó la propuesta y ha fijado otra sesión para el 18 de noviembre.
Mientras, en la UEFA no dan crédito. “Cada día es un susto nuevo”, dijo Infantino, su secretario general. Platini mantiene su candidatura a presidente de la FIFA para las elecciones del 26 de febrero y Villar, presidente de la Federación Española, se postula para sucederle. El alemán Nierbasch, de la DFB, también quiere el puesto.