Un muro alemán en Bilbao

El Athletic suele abatir a sus rivales por ilusión, entusiasmo e insistencia. Hoy tendrá que poner sobre todo nivel técnico, ya que el Augsburgo trae en su maleta las virtudes intrínsecas de los leones. El equipo bávaro debuta en Europa, con todo lo que supone de motivación. Había brillo en sus ojos al entrenar en San Mamés. Los grandes escenarios no les intimidan. Ya ganaron el año pasado en el Allianz Arena y no puntuaron el sábado por un penalti inventado para aliviar al Bayern.

Si los leones son admirados por solidarios, en la Bundesliga se habla lo mismo del Augsburgo, con viejas armas del fútbol alemán en cuanto a ritmo. El juego desde atrás con el meta Hitz, colosal ante los de Guardiola, es la única señal de los nuevos tiempos. Les falta gol. Su referencia arriba, el internacional paraguayo Bobadilla, se lesionó de víspera y no viajó. Debía jugar Caiuby, pero está tocado. Esswein y Altintop son armas menores. Edificarán un muro y buscarán el espacio.

Valverde sí tiene esos futbolistas que marcan las diferencias. Sobre todo Aduriz, al que le han traído un gran socio, Raúl García, que quizás descanse de inicio. Hay seis partidos en dieciocho días. Deberá ir rotando para no perder comba en la Liga. El Villarreal le esperará fresco como una lechuga. No deberían salir del equipo tanto Aduriz como Beñat, más que fundamentales.

Etiqueta de titular. Otra cosa es que haya jugadores rojiblancos con condición de titulares que descansaron ante el Getafe. Ahí están los Laporte, Balenziaga y Rico. El técnico no quiso confirmar a Herrerín, aunque lo probable es que regrese a la portería.

El Athletic es favorito en el grupo por experiencia y calidad, pero no le va nada bien ese papel. Se vio en la Champions del año pasado. El Augsburgo no es la caraba, pero en pretemporada metió 5-0 al Toulouse y ganó 2-1 al Bayern. Su sistema defensivo, por orden y acumulación, es bueno. Asfixiar a su organizador, Baier, será importante. Si Aduriz recibe buenos balones, ganará el partido.

Siempre cae si no gana el primer partido en casa

El Athletic no ha tenido buenas experiencias en San Mamés cuando ha tenido que abrir liguillas de grupo, tanto en Champions como en Europa League. En la máxima competición, cosechó empates ante Rosenborg (1-1) y Shakhtar (0-0) que le lastraron en el grupo hasta caer eliminados. Sus únicos triunfos llegaron en Europa League frente a Parma (2-0) con Valverde, en un año en que el grupo era de cinco y se jugaron cuatro jornadas. Caparrós también derrotó 3-0 al Austria de Viena, que precisamente había sido el verdugo de Txingurri en la eliminatoria de dieciseisavos de aquel año. En ambas ocasiones, los leones avanzaron en el grupo. A Bielsa también le pesó un empate inicial ante el Hapoel Kyriat Shmona (1-1) y no levantó cabeza en la fase. El año de la segunda final europea, ganó fuera al Slovan (1-2) en el arranque.