“Me gustaría presentarme para poder democratizar el club”

—¿Cómo le va la vida?

Real Madrid

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—Con mucho trabajo, que es lo que toca en estos tiempos difíciles. Y continuando, además, con mis responsabilidades en la sociedad civil, pues presido varias asociaciones empresariales.

—¿Cuáles son sus negocios?

—Soy naviero. Me dedico al mundo marítimo…

—¿Es cierto que en sus manos está la mayor flota de Europa?

—La que hay en manos de una sola persona… Sí. Las hay mucho mayores, claro, pero son propiedad de fondos o de empresas cotizadas en Bolsa.

—¿Cómo ve al Madrid?

—Como lo admiro muchísimo, lo veo con buenos ojos. Lo que ocurre es que los últimos acontecimientos duelen un poco, la escasez de títulos y que los rivales españoles, que son los que más nos importan, nos estén pasando por todos los lados...

—¿Ha detectado el problema?

—Desde hace un tiempo a la entidad llegan muy buenos jugadores, pero le falta equipo. El Madrid siempre había sido un conjunto muy unido, con identidad. Y ahora está muy lejos de eso. No hay más que ver que no hay ningún canterano en el once. Hay que potenciar la cantera. Yo estoy encantado con que lleguen los mejores extranjeros, pero luego vemos cómo lo mejor que tenemos en casa, como Morata, triunfa fuera.

—¿Cómo ha afectado a la imagen del Madrid los casos de De Gea y Casillas?

—Lo de De Gea ha sido un ridículo internacional espantoso, del calibre del que sufrimos con Casillas. Lo de Casillas ha sido indignante. Un hombre que lo ha dado todo por el Madrid y que es el ejemplo de la cantera. Iker se tenía que haber retirado en el Madrid y el club acogerlo en el seno de su organigrama deportivo. ¿Cómo lo han tirado a la basura de esa manera? No lo entiendo, no lo entiendo...

—¿Cómo se ha llegado a eso?

—Porque ahora el club está dirigido sólo como una sociedad mercantil y mercantilista… Es una barbaridad que se diga que un club se puede dirigir como una empresa. Lo único que hay que cumplir es un principio: no gastar más de lo que uno ingresa. Y en lo deportivo, dejarlo todo en manos de los mejores profesionales. ¿Quién es ahora el director deportivo en el Madrid? Nos hace falta cubrir esa figura con un Hierro, un Raúl...

—¿Cómo recuerda Boluda su etapa como presidente interino de la entidad?

—No, no… ¡Yo no fui presidente interino! Yo fui presidente porque a mí me ratificó la Asamblea de compromisarios. Podía haber estado cuatro años, pero me comprometí a dejarlo todo saneado, sacar al Madrid de los juzgados e irme a mi casa. Y eso fue lo que hice.

—¿Cuál fue su prioridad en ese año al frente del club?

—Pacificar el Madrid y democratizarlo para que el club no se viera abocado al desastre con el famoso voto por correo y demás temas, como ha ocurrido en todas las últimas elecciones. Y ya ve, después de conseguirlo, lo han vuelto a cambiar...

—¿Fue un trabajo tirado a la basura por Florentino?

—Hombre, es desolador que los compromisarios tengan que votar a mano alzada y no de manera secreta. A uno le da por pensar si es que hay intereses ocultos, si es que a alguien le interesará que sea así.

—¿Usted por qué cambio el voto a mano alzada por las urnas electrónicas?

—¡Pues porque yo quiero el voto de verdad del madridista, el voto en conciencia que aprueba cosas lógicas y buenas para el Madrid! No quiero que la gente alce la mano con miedo porque le está viendo el presidente y por eso quiera quedar bien o que se le atienda mejor. No hay otra manera de votar en conciencia que el voto secreto.

—¿Qué coste tenía aquello?

—Unos 200.000 euros. Dígame usted qué es eso frente a los 14 millones que se han pagado por Lucas Silva o los 7,5 para repescar a Casemiro de una cesión. ¿Es mucho para que los socios de un club que ingresa 600 millones voten en libertad cada cuatro años?

—¿Qué más hizo usted?

—Conseguí que el voto por correo fuera como en las Elecciones Generales. Y era factible. Decir lo contrario es poner excusas irrisorias. Pues Florentino lo volvió a cambiar por el voto por redes notariales.

—¿Sigue con su abono?

—Y con el de toda mi familia.

—¿Le invitan al palco?

—En todos los partidos.

—¿Ha ido alguna vez?

—Dos. Una hace tres años y al último partido ante el Valencia.

—¿Cuándo cumple los 20 años de socio para poder presentarse a las elecciones?

—En 2018. No llego a las próximas elecciones por meses. Y se da la curiosa circunstancia de que yo, habiendo sido presidente, no puedo presentarme en 2017. En alguien pensarían cuando lo cambiaron (risas). En este país se puede ser presidente de todo, hasta del Gobierno, menos del Madrid.

—¿Le gustaría presentarse?

—Pues sí, para democratizar el club y devolvérselo a los socios. Me gustaría recuperar los valores que el Madrid tuvo toda la vida y que se han perdido. Hay que abrir el club a sus socios. Mire, con las instalaciones tan magníficas que hay en Valdebebas, por ejemplo, sería un magnífico club social para sus socios. ¿Por qué se les pone tan difícil el acceso en lugar de organizar actividades para ellos?