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Atlético de Madrid

Filipe Luis: "En Londres yo no dejé de pensar en el Atlético"

El lateral analiza su regreso y cómo ha visto cambiar al equipo durante su corta etapa en el Chelsea. La esencia es la misma pero, si cabe, observa a una plantilla con más recursos.

MadridActualizado a
Filipe Luis: "En Londres yo no dejé de pensar en el Atlético"
—¿Siente que ha vuelto a casa?
—Estoy contentísimo. Me hizo mucha ilusión enterarme de que el Atlético tenía interés en mi vuelta. Pocos jugadores tuvimos esa oportunidad. Ahora, es lo mejor que me podía pasar.
—Da la sensación de que nunca se fue…
—Esa es la sensación que he tenido. Casi siguen los mismos jugadores, el club ha ido sólo a mejor y no ha cambiado muchas cosas. La sensación que tuve dentro del campo, que es la más importante, es como si no me hubiera ido.
—¿Echó mucho de menos el Atlético en Londres?
—Siempre eché mucho de menos el Atlético. Nunca logré desprenderme del club. Quizá debí haberme ido y olvidado, pero no dejé de ver los partidos, de hablar con mis compañeros, de mandarles mensajes cada vez que marcaban un gol o hacían una jugada bonita. Estuve siempre muy pendiente y nervioso en los partidos. No conseguí desprenderme de esa raíz tan fuerte que hice aquí. Fue mejor, porque parece que he estado aquí en cierta forma.
—¿Courtois y Diego Costa sentían lo mismo que usted?
—Quedábamos para ver los partidos. Me acuerdo de la Supercopa. Diego y yo estábamos concentrados y nos bajamos a la recepción del hotel para ver el partido en el ordenador. Nunca perdimos el cariño por el Atleti. Cada vez más hablábamos del Atleti. Pero ellos (Courtois y Diego Costa) jugaron y están completamente adaptados a la vida de Londres.
—¿A usted le resultó duro no jugar tan a menudo como solía en Madrid?
—Venía de jugar más de cincuenta partidos y pasar compartir un puesto… Dependiendo del choque jugaba Azpilicueta o yo. Eso hace que seas menos importante, pero recuperé los partidos que me faltaban con los de la selección. Jugué más de cuarenta partidos y no perdí el ritmo ni el físico. Si es verdad que no me sentía igual de importante que aquí. Nunca exigí eso, lo que yo más quería era ser campeón porque muy poca gente lo consigue. Lo he logrado. Pero quizá la felicidad que he sentido aquí no la tenía allí. Esa diferencia es muy significativa.
—¿Le llamó el Cholo?
—Hemos hablado algunas veces. Me preguntó si quería volver. Y yo le contesté que encantado. No hizo falta más porque nos conocemos hace mucho y el cariño que nos tenemos es muy grande. Pero sé que lo que manda para el Cholo es lo que sucede en el campo. Por eso tengo que conquistarle. Empiezo como todos mis compañeros. Tengo que ganarle otra vez.
—¿Cómo es compartir banda con Koke otra vez?
—Es fácil. Porque se sacrifica mucho por el equipo y se asocia muy bien. Es un jugador que tiene una calidad superior a la media. Tiene calidad para jugar en cualquier sitio. Está en banda y le conozco tan bien… Ese conocimiento que tenemos el uno del otro se consigue con los años y por suerte le tengo a mi lado desde 2010. Incluso somos muy amigos fuera del campo lo que lo hace todo más fácil.
—¿Qué tiene de plus este nuevo Atleti con aquel en el que usted ganó la Liga?
Es muy difícil comparar, porque aquel año logramos la Liga y llegamos a la final de la Champions con una plantilla espectacular. La gente vio que era posible. Nunca perdimos el foco de ir partido a partido, pero sabíamos que era posible. Es algo que es incomparable con ningún otro Atleti. Ahora hay muchos jugadores nuevos y se verá a final de temporada. Pero recursos hay de sobra, quizá eso nos faltó otras temporadas, la frescura final.
—Este año tienen mucha pólvora arriba…
—Aquel año Diego era y sigue siendo uno de los mejores del mundo. Eso hacía que ganase partidos él sólo. Pero también teníamos a Koke, Arda, Villa, además de Adrián, Sosa, Diego… Pero siempre todos intentábamos jugar para Diego. Ahora es parecido, porque tenemos a Jackson y a Torres, pero también hay muchos otros jugadores capaces de abrir el partido.
—Hablando de aquella temporada es inevitable pensar en la final de Champions. ¿Les debe el destino una Copa de Europa?
—No creo que nos deba nada. Pasamos por aquella Champions y llegamos por méritos. Perdimos la final y no fuimos superiores. Y punto. No hay que darle vueltas. Ahora hay que tratar de pasar el grupo y llegar lo más lejos posible. Pero siempre con humildad, porque los grandes de Europa te pueden eliminar en cualquier momento. Ni mucho menos somos favoritos.
—¿Tienen unas ganas especiales por este torneo?
—Cualquier jugador cuando escucha la música quiere ganar. Es la competición más bonita del mundo. Pero la Liga es lo más importante y vamos a disfrutar de todo poco a poco.
—Se fue Raúl García y todos lo despidieron con un cariño enorme. ¿La base del éxito del Atlético del Cholo es el grupo humano que hay formado?
—Raúl es un caso aparte. No es normal que tanta gente le quiera. Estuvo aquí ocho temporadas y siempre ha estado con un comportamiento ejemplar jugando, en la grada, en el banquillo, como pichichi del equipo y cuando fue pitado por la afición. Era imposible no emocionarse y ponernos triste por su salida. Todos queríamos estar con él en este momento tan duro para él. El grupo es muy bueno porque la competencia que tenemos, que es muy sana, hace que nos unamos mucho. El míster siempre pone al que está mejor y eso hace que estemos alerta. La amistad se forma porque somos un grupo que ganamos los partidos por la unión. Me hace estar orgulloso de estar aquí.
—¿Qué le ha sorprendido de los nuevos?
—Jackson ya lo conocía de jugar en contra. Es un portento, buenísimo. Aguanta el balón y tiene mucha fuerza. Vietto es muy joven con mucha calidad y visión de juego. Tiene muchos años por delante para triunfar. Pero la calidad ya la tiene. Carrasco es rapidísimo. Es un jugador que nos hacía falta a la plantilla. Savic es un jugador de garantías con mucha experiencia. Correa es la perla que puede tener el Atlético de Madrid. Es un jugador de 100 millones. Puede ser la referencia dentro de unos años, el que más camisetas venda, la estrella. Yo lo veo así por su humildad y desparpajo.
—El que ha vuelto muy formado es Óliver…
—Lo veo más preparado. Tiene mucha calidad. Muchas veces cuando tenía 17 años quería dar un toque de más para demostrar que era bueno. Ahora no. Ahora da el pase que tiene que dar, elige la mejor opción siempre y su calidad es espectacular. Es un jugador que hace que te brillen los ojos cuando lo ves jugar.
—A usted le va a tocar competir con Siquiera, un amigo de toda la vida…
—Su comportamiento desde que llegó aquí es espectacular. Nos conocemos desde que tenemos 14 años. Empezamos juntos en el Figueirense. Yo jugaba de 10, de mediapunta, y él ya era lateral. Tenía mucha velocidad. Yo cogía el balón, le pasaba, le daba la pelota y metía gol. Trabamos mucha amistad en la banda porque jugamos muchos partidos. Él llegó a la Sub-17 que era muy difícil en aquel equipo. El fútbol nos separó, pero nunca perdimos el contacto. Estar en el mismo vestuario y competir un puesto es complicado. Pero podemos exigirnos y dar lo mejor. Sabemos de la calidad que tiene el otro y, además, sabemos que podemos jugar juntos. Siquiera ha jugado gran parte de su carrera de interior y ojalá nos toque compartir banda.
—Tuvo un gran detalle dejándole el número 3…
Se lo pedí con cariño porque su futuro estaba en el aire y es un número muy especial. Él es tan buena persona que ni lo ha dudado. ME dijo: “probablemente me vaya a quedar, pero si a ti te hace ilusión no me importa”. En estos momentos ves que es un amigo. Me siento mal porque le he quitado el número, pero se lo agradezco muchísimo.
—Compartió vestuario con uno de los mejores porteros del mundo, Courtois, y ahora se ha encontrado con otro del que hablan maravillas, Oblak.
—Courtois es el mejor portero del mundo. Es impresionante la calma que tiene. Es joven y parece un veterano. Oblak es un porterazo. Ya nos ha salvado. Así que seguramente estemos hablando de los mejores porteros del mundo. El Atleti siempre tuvo suerte con los porteros. Espero que pueda seguir creciendo y con la misma ilusión.
—¿Tienen similitudes?
—Los mejores porteros se definen por esa tranquilidad que transmiten al equipo. Cuando otros porteros la despejan, ellos la cogen. Hace que todo sea más fácil. No encaja fácilmente. No todos los porteros hacen milagros, pero no lo pedimos. Pero esa seguridad y sus paradas es lo que los hace tan grandes guardametas.
—¿Le ha sorprendido Griezmann?
—Tiene muchísima calidad y es rapidísimo. Pero lo que más tiene es gol. Yo no lo tengo, hago uno cada 50 partidos. El gol no lo tiene cualquiera. Da al plus de calidad al equipo. Me encanta jugar a su lado.
—El equipo ha empezado fenomenal la temporada y ahora llega el Barça. ¿Qué objetivos se plantean?
—Como trabaja el míster, semana a semana, es lo que va a marcar el objetivo. Llevar seis puntos de seis hace que la gente se ilusione y sueñe. Ahora vienen diez partidos muy complicados en poco tiempo y los partidos fuera de casa cuesta mucho ganarlos en España. Ahora viene el Barcelona que ha recuperado a Neymar, que Messi vuela, que Luis Suárez está en un gran momento. Si ganamos al Barcelona pensaremos en el partido de Champions. Vamos semana a semana.
—¿Cómo ven al Madrid?
—Tiene una plantilla espectacular y va a pelear por todo como siempre lo hace.
—Da la impresión de que este grupo tiene mucha hambre de títulos…
—La ambición no la perdemos. Está intacta. Hay muchos jugadores jóvenes en el equipo que vieron al Atleti ser campeón de Liga y ellos vienen con esa ilusión de que el Atleti puede ganar. Pero para llegar a hacerlo tuvimos que sufrir mucho y ellos lo están viendo ahora, todo para lograr siempre un objetivo claro: ganar el siguiente partido. Con esa idea y si la cogen rápido, el equipo puede hacer buenas cosas.
—¿Es una buena mezcla esa juventud con la experiencia de jugadores como usted?
—Es muy importante tener jugadores como Juanfran, Tiago, Gabi, Godín… Ellos transmiten mucho. Los jóvenes van absorbiendo porque estos jugadores son los que cambiaron el Atlético. Se pasó a un Atleti que sufría para entrar en UEFA a hacerlo un club campeón. Los jóvenes ven el ejemplo en ellos, que con todo lo que han ganado no han perdido el hambre.