Sandoval estrenará ante el Eibar su "triángulo inteligente"
El nuevo Granada para esta temporada se construye a partir de tres hombres que no paran de rotar sus posiciones en el centro del campo.
El Granada de Sandoval está preparado para levantar el vuelo. Tras una pretemporada muy exigente sobre todo desde el punto de vista táctico, el técnico de Humanes quiere mostrar el lunes el primer boceto de su gran obra: un equipo ofensivo, vertical en el ataque, que presiona a la zona del balón después de una pérdida y que juega con la defensa adelantada achicando espacios. Pero sin duda la innovación de este Granada es su apuesta por un ataque muy dinámico, en permanente movimiento de tres cuartos hacia delante, con constantes incorporaciones de los laterales y todo girando alrededor del triángulo inteligente: el cerebro del equipo, un centro del campo formado por tres jugadores que no cesan de rotar entre sí como la rueda de un molino. Ese triángulo inteligente será el nuevo sello del Granada, con tres vértices que admiten jugadores de características diferentes y complementarias como Rubén Pérez, Khrin, Rico, Márquez, Nico López o Piti dependiendo de la situación y las necesidades. La versatilidad del dibujo provocará que no siempre sea el mismo jugador el encargado de distribuir o de asomarse al área, tan pronto la figura parecerá un pivote con dos volantes como un doble pivote con un media punta. Y esa es la intención de Sandoval, que todos sean capaces de realizar todas las tareas, que ellos así lo sientan, y generar de paso confusión entre los defensores rivales.
Sandoval jugará en principio con un solo delantero. En fase de ataque, será un equipo vertical, de transiciones rápidas, con los extremos moviéndose con libertad, y con la intención de que uno de ellos abra el campo y el otro se meta al centro para crear superioridad y ofrecer el espacio al carrilero. Al Granada no le quemará la pelota pero tomará decisiones rápidas para avanzar metros y tratando de evitar las posesiones largas que tantas contras generan. Los laterales se alternan para sumarse al ataque de tal modo que siempre cierran atrás el lateral que se queda y los dos centrales mientras que el pivote más retrasado hace de libre por delante. Otra de las señas de identidad será la presión sobre el balón tras pérdida con objeto de achicar hacia la pelota y recuperar la posesión o evitar la salida cómoda del rival. En suma, el Granada pretende mostrar ante el Eibar sus nuevas señas de identidad, mecanismos tácticos en los que lleva trabajando toda la pretemporada.