El Valencia, rumbo a Champions
Un gol de Feghouli en el 85’ colocó el 3-1, un buen resultado para los de Nuno. Especialmente después del 1-1 de Pasalic. Rodrigo y Parejo hicieron los otros dos goles.
Ala Champions nadie llega sin sufrimiento. El Valencia lo sintió hace 88 días en Almería y también ayer en Mestalla. Los goles de Rodrigo, Parejo y Feghouli le dan una renta que hubiera firmado cuando el sorteo le emparejó con el Mónaco. Cierto es que el gol de Pasalic da sus opciones a los de Jardim y también que el Valencia lo pasó por fases francamente mal. Pero el resultado da un margen como para confiar en que viajarán dos veces al Principado de Mónaco. Una para jugar la vuelta, otra para el sorteo. El hito histórico de que cinco equipos españoles estén representados en el bombo de la próxima edición de la Champions League está un poco más cerca que ayer a estas horas.
El Valencia de Lim tenía tantas ganas de mostrarse a Europa que de primeras lo hizo todo demasiado deprisa. Lo bueno y también lo malo. Rodrigo Moreno puso en ventaja a los de Nuno a los tres minutos, merced a un centro del otro Rodrigo (De Paul) y una asistencia de Feghouli. Pero tal fue el énfasis que pusieron los blanquinegros en su puesta en escena que acabaron fundidos y pidiendo el descanso entre pérdidas y apariciones de Mat Ryan bajo los palos.
La primera parte del Valencia la resume en sí la figura de De Paul. Eléctrico cuando las fuerzas le acompañaron, impreciso cuando se quedó sin chispa. De Paul, el mejor sobre el césped durante los primeros 30 minutos, es la apuesta táctica de Nuno hasta que André Gomes vuelva a la palestra y con él el Valencia gana juego entre líneas y último pase, aunque también pierde equilibrio defensivo. Así llegó el gol de Rodrigo y por esos desajustes tácticos, el Mónaco, con Toulalan y Bernardo Silva de coreógrafos y el jovenzuelo Martial de bestia parda, fue ganando terreno e inquietando a Ryan, que se mostró solvente y seguro.
Un balón al palo, tras buena parada del australiano, y un gol bien anulado a Martial por fuera de juego fueron los avisos del Mónaco. Y a la tercera, Pasalic no perdonó. Rubén Vezo dejó un balón suelto en el área tras centro de Martial y el alemán fusiló a Ryan. No hizo mal partido el portugués, aunque alguno se acordó en esa acción de la contundencia en los despejes de Otamendi. Éste ya no está ni se le espera, aunque para ir por Europa hace falta que llegue a Mestalla uno como el argentino. En eso están por oficinas.
El Mónaco había transformado la ilusión de Mestalla en inquietud y las iras se centraron en Parejo. Pero el fútbol siempre da otra oportunidad, y más ante una defensa tan endeble como demostró ser la monegasca.El capitán pudo reconciliarse con la grada con su gol. Para entonces Nuno había optado por dar ‘veteranía’ al ataque con Piatti (asistió a Parejo) y consistencia al colectivo con Javi Fuego.
Gol de oro. Aún así, Martial siguió haciendo de las suyas y en una cabalgada desde el centro del campo se plantó en el área del Valencia y ahí la pierna de Gayà contactó con la suya. El asistente del área estaba a solo un metro pero alguna mosca le tuvo que impedir ver el penalti. Así como a Nuno los cambios le salieron bien, a su compatriota Jardim, lo contrario. Éste puso en el campo a Dirar y su afán por golpear más que por jugar calentó a la grada y a los valencianistas por igual. Y en ese ambiente tenso las piernas de los blanquinegros se sintieron más fuertes a pesar de que el rival llegaba a la eliminatoria con más rodaje.
El partido entró en una fase de correcalles en el que las llegadas del Valencia transmitían más que las del Mónaco. Fue entonces cuando Feghouli hizo un tercer gol que acerca a los de Nuno a las estrellas de la Champions. Por la forma de celebrarlo del franco-argelino quedó claro que su intención no es la de Otamendi por más que el Fenerbache llame a su puerta. Decía Jardim en la previa que los resultados lo son todo en el fútbol y el que logró el Valencia en Mestalla le permite viajar al Casino de Montecarlo con renta en la maleta.