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Copa Libertadores

Cae Tigres... ¿Bielsa toma la punta en la carrera por la Selección?

River Plate superó 3-0 a Tigres sin mucho problema y se convirtió en el Campeón de la Copa Libertadores 2015. México sigue en busca de su primer título libertador.

México DF
El Tuca dirige en la banca del Monumental en el partido donde perdieron el título ante River.
JUAN MABROMATAAFP

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El grito de campeón para el fútbol mexicano quedó ahogado una vez más. Tigres no pudo imponerse a la historia y al planteamiento de su técnico, y cayó en la final de la Copa Libertadores ante River Plate 3-0.

Ricardo Ferretti, que hasta ayer sumaba partidarios para tomar el timón de la Selección Mexicana, enterró sus aspiraciones y las de Tigres en la cancha de un pletórico Monumental.

Tigres nunca pudo hacer su futbol en Buenos Aires, quizá tampoco entendió la importancia del partido que "jugó" ayer. No generó peligro y las distracciones, como las de Aquino y Rivas, le costaron el campeonato, una corona que se le había negado a River desde hace 19 años, lapso en el que, incluso, perdió la categoría en 2011. Los goles de la final fueron anotados por Lucas Alario, Carlos Sánchez -de penal- y Ramiro Funes Mori.

La final de Copa fue una escenificación de la conocida fábula de la rana y el escorpión, pues el pasado 15 de abril, en Chiclayo, Tigres con una goleada le dio vida a un River Plate que una vez superada la fase de grupos creció hasta llegar hasta la serie por la definición del título. Y ahí, conforme a su etiqueta de equipo grande e histórico de Sudamérica, como el escorpión, no dejó escapar a su presa. Enrique Esqueda, el héroe de aquel partido en Perú con tres goles, en la final no fue ni a la banca.

No fue una serie vistosa, ni en la ida ni esta noche, pero el equipo de Gallardo, que en menos de un año ya ganó la Copa Sudamericana y la Libertadores como técnico, en su cancha contó con la complicidad del juez uruguayo Darío Ubraco, que se cansó de reprender, tarjetas mediante, a los jugadores del cuadro mexicano, mientras dejaba golpear a placer a los locales.

Ubraco, que se perdió la Copa América al no superar las pruebas físicas y no dirigía un partido desde hace tres meses, estuvo lejos de la jugada y aunque sus decisiones no fueron al marcador, sí amedrentaron a los jugadores felinos.

Punto y aparte la actuación de los hombres de Ferretti. Porque a diferencia de la semifinal contra Inter, Gignac, Aquino y Sobis, desaparecieron de la cancha. Apenas Damm tuvo un par de gestos de atrevimiento, pero cuando pudo disparar al arco se sacó la pelota con miedo y la dejó comprometida en el centro del área.

Al final, la grandeza de River y su gente se impuso a un equipo que no mostró carácter en la final. Los hombres de Ferretti, que después del segundo gol local se metió en la banca para no salir más, se cayeron poco a poco. No mostraron ni el carácter para regresar las patadas del rival. Al parecer, sólo Nahuel Guzmán y Guido Pizarro, dos argentinos que saben de la importancia de ganar una Libertadores, se entregaron hasta el final.

Gignac podrá contar a sus nietos que fue el primer francés en jugar una final de Libertadores. Y el Tuca contará que un martes, sonriente, le abrió las puertas a dirigir la Selección Mexicana, pero que se le escapó al otro día con una derrota Monumental, después de un torneo impensado hasta por él. ¿Lo queremos para el Tri?