Francia se impone por la mínima ante una Inglaterra sin ambición

Tras un arranque con partidos cargados de goles, espectáculo y emoción, el choque entre Francia e Inglaterra, dos de las potencias con más tradición de Europa, decepcionó en su debut en el Mundial de Canadá. Los primeros minutos fueron planteados como de cierto tanteo entre ambos equipos. Jill Scott mostraba el peligro inglés en la banda mientras que Louisa Necib, la 'Zidane' de Francia, por su forma de juego y su origen argelino, avisaba a balón parado. Los pases de Necib entre líneas traían peligro a la portería de Bardsley.

Fue precisamente en una acción de recuperación de un balón, con Necib en la jugada, la que dio lugar al primer gol de Francia. Lo marcó Le Sommer, de un derechazo ajustado imparable para Bardsley quien, sin embargo, llegó a tocar el balón. Con Francia bien plantada en defensa, Inglaterra se atascaba, sobre todo por las bandas.

En la segunda parte Inglaterra no corrigió la falta de profundidad en su juego, mientras que Francia, sin hacer demasiado, seguía llevando peligro. Le Sommer lo intentaba desde lejos, cada vez que tocaba el balón con opción, mientras que Inglaterra, pese al resultado adverso, se mantenía muy reglegada. Ni la veteranía de Chapman en el centro del campo ni el excelente trabajo de contención de Rafferty con Abily por la banda derecha dieron sus resultados. Las delanteras inglesas, Aluko y White estuvieron muy desaparecidas en combate y ni la entrada de Duggan en el 60' sustituyendo a White dio la profundidad que el equipo de Mark Sampson necesitaba. 

Con unas opciones ofensivas limitadas de las inglesas, Francia, una de las grandes favoritas en este Mundial tras acabar tercera en el de Alemania 2011, consiguió los tres puntos. Le bastó el gol de Le Sommer, pero en un futuro deberá desempolvar ese fútbol mágico de toque si quiere convertirse en una seria aspirante a levantar la Copa. Mientras que Inglaterra deberá renovar por completo su planteamiento en este Mundial.