FIFAGATE
La Interpol quiere detener a los que pagaron los sobornos
En Paraguay permanece en arresto domiciliario a la espera de su extradición a EE UU Nicolas Leoz, exvicepresidente de la FIFA y presidente de la CONMEBOL entre 1986 y 2013.
El FIFAgate ha estallado y ha roto fronteras. Los acontecimientos se suceden de Asunción a Moscú. En Paraguay, en su finca de Luque, permanece en arresto domiciliario a la espera de su extradición a EE UU Nicolas Leoz, exvicepresidente de la FIFA y presidente de la CONMEBOL entre 1986 y 2013. Paraguay y EE UU firmaron en 1973 un convenio de extradición. Pero el juez Humberto Otazu advirtió que, según la ley de su país (artículo 238 del Código Penal) no se puede encarcelar a una persona mayor de 75 años. Leoz tiene 86. Estados Unidos no traga.
Por otra parte, la Interpol ha cursado una orden internacional de busca y captura contra los empresarios argentinos Alejandro Burzaco, Mariano y Hugo Jinkins, padre e hijo. La policía registró las sedes de sus empresas, Torneos y Competencias y Full Play, en Buenos Aires y Montevideo. Entre otros derechos ostentan los de televisión de la Copa América. Según la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos ambas sociedades pagaron sobornos para la comercialización de marketing y publicidad de torneos FIFA. Según la Fiscalía estadounidense, los sobornos a varios dirigentes de la CONMEBOL fueron pagados por Datisa, creada para unir los intereses de Traffic, Torneos y Competencias y Full Play. Los tres prófugos están acusados de soborno, blanqueo y asociación para delinquir. Mientras, el juez argentino Claudio Bonadio aceptó la apelación contra la extradición interpuesta por la defensa de los tres acusados.
La FIFA, superada por los hechos, anunció la suspensión del secretario de la CONCACAF, Enrique Sanz, envuelto en las sospechas, y la de los dirigentes de El Congo Jean Mayolas y Mombo Wantete, apartados por el mismo motivo. “Esto es un queso gruyere”, dijeron fuentes de la investigación.
Diez millones que le queman a Valcke
Según el New York Times, fuentes de la Fiscalía de EE UU creen que los diez millones “que fueron a parar a un alto funcionario de la FIFA” con motivo del Mundial de Sudáfrica pasaron por el filtro de su secretario general, Jerome Valcke. La FIFA remite sobre esto al fallecido Grondona. Valcke no irá a Canadá.