El Sevilla defiende título en Varsovia ante el Dnipro
Si ganara sería el club con más títulos UEFA-Europa League: cuatro (20:45, Cuatro / GolT). El premio, además de la Copa, es pasar directo a la liguilla de Champions.
De Varsovia, arrasada por los nazis, no quedaba nada en agosto de 1944. Del Sevilla en 2000, cuando no tenía ni para balones y Roberto Alés y Monchi se pusieron manos a la obra, tampoco. En 1980, Varsovia ya era patrimonio de la humanidad como ejemplo de reconstrucción. Si hoy, 27 de mayo de 2015, el Sevilla gana su cuarta UEFA (sigue el partido en directo en as.com) en el imponente Estadio Nacional, lo suyo alcanzará la condición de obra maestra. Se convertirá en el campeón de campeones de la competición. Dejará atrás a Inter, Juventus y Liverpool y obtendrá el salvoconducto para regresar a la Champions, competición que no pisa desde la previa de 2010 y cuya presencia en fase de grupos le reportaría, de salida, 12 millones de euros. Es mucho más que un título.
El Sevilla ha defendido con interés y pasión la condición que conquistó en Turín hace un año y trece días y ha dejado por el camino a equipos con fuste en Europa (Feyenoord, Moenchengladbach, Villarreal, Zenit o Fiorentina). Ahora topa con el Dnipro, rival sin nombre pero con un corazón salvaje. Fundado en 1918, crecido en los 70 gracias al magisterio del histórico Lobanovsky y con un palmarés que apenas incluye dos ligas soviéticas en los 80, Juande Ramos llegó en 2010 para discutir la hegemonía de Shakhtar y Dínamo de Kiev. El entrenador manchego lo dejó segundo y “con los cimientos puestos”, admiten colegas ucranianos. El Dnipro ha llegado a la final agarrado a un buen bloque pese a ocupar un discreto puesto 36 del ránking UEFA. Es incómodo, tiene un buen armazón en el medio (Fedoryuk, Rotan y Kankava), al futuro portero de la selección ucraniana (Boyko) y velocidad en las bandas, especialmente en Konoplyanka, su jugador estrella. Es su momento.
Comodín Aleix. Emery prepara una final distinta a la de Turín, donde el Sevilla partía de víctima ante el Benfica. Esta vez debe suponer que el Dnipro le dará el balón. Así, el foco señala a Banega, básico para encontrar grietas en los ucranianos, que han sobrevivido a situaciones límite en el torneo. El comodín en la manga de Unai se llama Aleix Vidal. Si juega de lateral, haría hueco a Reyes, jugador de finales que termina contrato… Las apuestas hacen indiscutible favorito al Sevilla pero la plantilla, que vela armas en el hotel Regent, a escasos metros de la majestuosa embajada rusa, reminiscencias del socialismo, ha aprendido la lección. Nadie quiere ir por delante de la película pero, cuando las grabadoras se apagan, el Sevilla no puede evitar sentirse favorito y ganador. Como su gente. 8.000 sevillistas vuelan para hacer un hueco más en el álbum de fotos de Javi Navarro (2006, 2007) y Rakitic (2014), capitanes que levantaron la copa que le cambió la vida a una entidad. A sólo un metro de ser más leyenda, con ustedes, el Sevilla.