Arrestados 8 altos cargos de la FIFA acusados de corrupción
Arrestados en Suiza a petición de EE UU, que pide su extradición. Webb (CONCACAF) y Figueredo (Uruguay), ambos vicepresidentes FIFA, y Marin (Brasil), están entre los detenidos. FIFA asegura que Blatter "no está implicado". Entre los cargos, blanqueo y extorsión.Delfín vs Liga de Quito
La Policía de Suiza detuvo ayer a siete dirigentes de la FIFA y un octavo se entregó en Trinidad y Tobago por “conspiración y corrupción”. La orden de detención fue cursada por la Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch, que ha pedido la extradición de los arrestados. “En la FIFA ha habido sobornos, fraude y corrupción año tras año, torneo tras torneo”, explicó Lynch.
Al tiempo que se producían las detenciones en el lujoso hotel Baur aur Lac en el que estaban hospedados los supuestos corruptos, la Policía Cantonal de Zúrich procedió a un registro en la sede de la FIFA, donde se incautó de varios ordenadores. Este segundo proceso lo abrió la Fiscalía General de Suiza tras las sospechas de corrupción en la elección de las sedes de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022. Según The Guardian hay diez personas investigadas por este caso paralelo, entre las que el diario británico citó a Ángel Villar, presidente de la Federación Española, que está fuera del proceso abierto en Estados Unidos. Ambas intervenciones policiales se produjeron a sólo 48 horas de las elecciones a la presidencia de la FIFA, a la que concurren Joseph Blatter (que aspira a su quinto mandato) y el príncipe jordano Ali bin Hussein.
La investigación de la Fiscalía General de Estados Unidos se remonta a 1991. “Desde entonces, la CONCACAF (Confederación de Norte, Centroamericana y del Caribe) y la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol, de la que es secretario ejecutivo desde el 5 de diciembre de 2014 Gorka Villar, hijo de Ángel Villar) usaron sus posiciones para solicitar sobornos a cambio de derechos de televisión y de márketing”, dijo Lynch en Nueva York.
Pero el acelerón final al proceso se dio en los tres últimos años. El FBI consiguió pruebas y testimonios contra los detenidos. La investigación prosperó definitivamente cuando un exmiembro de la FIFA, Chuck Blazer, fue convencido por el FBI para colaborar y evitar ser encarcelado. Sufre una grave enfermedad y se convirtió en confidente a cambio de su libertad. El FBI le proporcionó un llavero-grabadora con el que registró sus conversaciones con los detenidos. Estas pruebas resultaron definitivas en la investigación. También las que la Policía norteamericana consiguió ayer en otro registro en la sede de la CONCACAF en Miami. “Esto es sólo la punta del iceberg”, explicó Lynch, quien calcula “en no menos de ciento cincuenta millones de dólares” la cantidad que los corruptos se embolsaron con los sobornos.
De los encarcelados ayer, al menos seis de ellos se niegan a ser extraditados a EE UU. La Fiscalía tiene ahora 40 días para solicitar un procedimiento formal de extradición. En total, la Justicia norteamericana ha presentado cargos contra 14 directivos de la FIFA. Otro de ellos, el exvicepresidente Nicolas Léoz, paraguayo de origen navarro, está ingresado en un hospital de Asunción... desde 2013.
Los detenidos se enfrentan, entre otros, a cargos por fraude, corrupción, soborno, blanqueo de capitales y asociación para delinquir que, según la Ley, pueden suponerles veinte años de prisión a cada uno. Jack Warner, que fue el que se entregó ayer a la policía, pidió diez millones de dólares en sobornos al Gobierno de Sudáfrica por el Mundial 2010, según afirmó la fiscal norteamericana. El terremoto en la FIFA se notó en la UEFA. Su presidente, Platini, que está enfrentado a Blatter y que pidió públicamente su renuncia como candidato se mostró “sorprendido y desolado”. “Pedimos que las elecciones se retrasen seis meses”, dijo. Pero Blatter hizo caso omiso. “No está bailando de alegría, pero fue él quién inició el proceso”, dijo su portavoz, Walter de Gregorio. Efectivamente, la FIFA contrató a un exfiscal de Nueva York, Michael García, para limpiar la organización. Su informe fue censurado. Cuando era fiscal en el distrito sur de Nueva York, García actuó en contra del ciudadano ruso Víctor Bout, que cumple veinticinco años de prisión por tráfico de armas, acusación que en Rusia (que no deja a García entrar en el país) sostienen que es falsa. Bout fue detenido cuando trató de venderle armas en Bangkok a agentes del FBI que se hicieron pasar por miembros de las FARC. Bout fue extraditado, juzgado y condenado.