SABADELL 1 - TENERIFE 3
Al Tenerife le basta con una parte para vencer al Sabadell
El doblete de Suso y el tanto de Carlos Ruiz dejan muy tocado a un conjunto arlequinado que sigue sin resucitar. Benja fue el autor del 1-3 final.
Mucho han de cambiar las cosas para que el Sabadell siga una temporada más en Segunda A. Al Tenerife le bastó una primera mitad con mucha pegada para ponerse 0-3 en el marcador, gracias al doblete de Suso y al tanto de Carlos Ruiz, y sumar tres puntos que le vuelven a dar margen respecto al descenso. Los arlequinados desperdician, otra vez, un partido en casa para resucitar y ya solo quedan tres jornadas para el final de Liga.
El Sabadell se presentó con tres centrales en el equipo titular y pronto constató que no por acumular defensas se defiende mejor. Y el gol de Carlos Ruiz fue el ejemplo. Ifrán tiró una falta a la barrera, recogió el balón para después colarse dentro del área, disparó y el rechace lo aprovechó un Carlos Ruiz que solo la tuvo que empujar con la cabeza. La zaga arlequinada fue un espectador de lujo y ese solo fue el principio del fin porque el fútbol es acierto y pegada y el Tenerife ofreció un máster. El Sabadell se podrá escudar en que los tinerfeños se marcharon al descanso con 0-3 gracias a dos remates y un rebote —el segundo gol de Suso—, pero lo cierto es que por la Nova Creu Alta pasó un ciclón. Hasta la fecha, el Tenerife era el peor equipo de la categoría fuera de casa y Suso marcó los mismos goles (dos) que había anotado en lo que se llevaba de temporada pero los tinerfeños demostraron tener más hambre. La afición silbó al Sabadell tras el 0-2, con el 0-3 el enfado se intensificó y el descanso no trajo la paz porque la afición ve que la salvación empieza a adquirir un cariz de misión imposible.
En la segunda mitad, el Sabadell demostró tener amor propio, pero Dani Hernández fue un muro y desquició a Aníbal con dos intervenciones consecutivas para enmarcar en el 63’. Al final, el fútbol fue un poco benévolo con el Sabadell y Benja firmó el 1-3. Aun así, no es consuelo para un conjunto que pierde vida.