Santi Mina, el niño prodigio que bate todos los récords
Hizo un poker histórico al Rayo hace quince días. Comparte agente, Jorge Mendes, con Cristiano Ronaldo y la obsesión por el trabajo de gimnasio.

Todavía no ha alcanzado la veintena (19 años) y ya ha inscrito su nombre con letras de oro en la historia del Celta y de la Liga. Santi Mina es la gran esperanza viguesa para los próximos años. Hace quince días vivió su primera gran noche como profesional y ahora, ya asentado en el once, está concienciado para acaparar portadas ante el Real Madrid. Enfrente tendrá a Cristiano Ronaldo, con quien comparte representante (Jorge Mendes) y obsesión por el gimnasio. Cuando Herrera le hizo debutar en Primera en el campo del Getafe, con tan solo 17 años recién cumplidos, el cuerpo de Mina era un estrecho finger de pollo. Su potencia dominaba en la liga juvenil, pero no aguantaba el menor soplido de la máxima categoría. Se dio cuenta y empezó a moldearse para convertirse en un adulto guerrero preparado para la batalla.
Con 17 años, dos meses y nueve días, se convirtió en el tercer jugador más joven en debutar en la historia del Celta. Pocos meses después, marcó en la inauguración del Nuevo San Mamés y batió el récord de precocidad de la historia del club. Su póker de hace quince días le permitió superar varios registros. Es el jugador de menor edad en lograr un hat-trick y un póker en la historia de la entidad olívica. Además, es el futbolista más precoz en marcar cuatro goles en los últimos ochenta años de la historia de la Liga. En todos los tiempos, es el cuarto más joven. Mina consiguió su primer póker con 19 años. Messi lo consiguió a los 22 y Cristiano tuvo que esperar hasta los 25.
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Hijo de futbolista. Desde que está en edad juvenil, el Celta se ha preocupado de protegerle mediáticamente. No le permiten dar entrevistas y sólo habla en conferencia de prensa en contadas ocasiones. A pesar de que el joven siempre ha mostrado una madurez impropia de su edad, en el club no quieren que se desvíe del camino. Su entorno es el ideal para crecer como profesional y no perder la cabeza. Su padre, Santi Mina, fue un poderoso central en el Celta de los 80. Nacido en Teruel y criado en la cantera del Barça, llegó a ser internacional Sub-21, pero se vio obligado a colgar las botas antes de tiempo debido a las lesiones. El defensa de los ochenta es una rara especie de padre de futbolista. Nunca ha visto jugar a su hijo y sólo comprueba el resultado por Internet cuando el partido ya ha finalizado.
Cláusula. El único aspecto que preocupa de Santi Mina en el Celta es su representante. Saben que Mendes intentará hacer negocio con él en cuanto pueda. Su cláusula de rescisión es de diez millones de euros y tiene contrato hasta 2018. La entidad olívica no rebajará su precio ni un céntimo y esperan poder retenerle durante muchos años. Mientras tanto, el niño prodigio sigue agigantando su leyenda. Hoy tiene una nueva oportunidad para explotar sus grandes cualidades.




