BETIS 4 - ZARAGOZA 0
Jorge Molina y Rubén Castro endulzan la Feria del Betis
Ambos jugadores consiguieron un doblete ante un Zaragoza, cuya objetivo de subir a Primera División, se aleja. El Betis, más líder.
Goleó el Betis al tran-tran, casi sin que se notase, con la inercia de las victorias (cuatro seguidas ya) que le deben catapultar hacia Primera División. Vivirá la afición verdiblanca una Feria más festiva, con olor a Primera, gracias a los tantos de una pareja (Rubén-Molina) que ya tiene su sitio, cada vez más grande, en la historia heliopolitana, y con la dirección de un hombre, Pepe Mel, cuyos detractores, los pocos que quedan repletos de soberbia y faltos de conocimiento futbolístico, deberían estar cerca del Villamarín el menor tiempo posible. Al menos aconsejando fichajes y cosas.
Volvió a los seis puntos de ventaja el líder y queda tras esta jornada fuera del playoff un Zaragoza que en algunos momentos dio la sensación y mereció sacar algo positivo de Helópolis, pero al que mató la falta de acierto arriba y, sobre todo, la incapacidad defensiva. Con estas coordenadas será muy difícil que el equipo de Popovic consiga entrar en el playoff.
Salió el Betis con brío, dispuesto a cambiar su imagen ramplona de las últimas primeras partes que ha jugado, sobre todo al calor de su gente. La efervescencia le dio para un tiro peligroso de Lolo Reyes y una clamorosa mano de Cabrera dentro del área, tan clara como la que reclamaría luego, de Bruno, el Zaragoza. La jugada acabó con la ocasión más clara del equipo aragonés y prácticamente de la primera parte, con Borja chutando en la mejor posición posible pero al peor lugar, fuera. Para entonces ya la estaba liando Trujillo Suárez, otro de esos árbitros que uno no sabe por qué están pitando en categoría profesional, incapaz de ver dos penaltis por manos claras (uno para cada equipo) y de administrar las tarjetas con un mínimo de sentido común.
Fueron, en el ecuador de la primera mitad, los minutos más floridos para los visitantes, capaces de atacar con fluidez y crear otra oportunidad inmejorable en un balón que Pedro acabó mandando a la madera. Pero el acierto se marchó al otra área, a un delantero que está de dulce en este 2015 con 10 goles y nueve partidos seguidos que acumula marcando en el Villamarín: justo antes de la media hora, el alcoyano paró el tiempo dentro del área, recortó cual torero y la puso pegando al palo, imposible para Bono o para cualquier portero que pasara por allí (1-0, 29’). Pocos minutos después, el cancerbero zaragocista salvaría el 2-0 con un paradón a bocajarro a cabezazo de Rubén Castro.
Con otro testarazo, más franco aún y tras una rosca magnífica de Molinero, no ya pudo Bono. Había salido animoso el Zaragoza a por el empate en la segunda mitad, pero el delantero canario acabó con sus esperanzas en el sitio donde antes nunca fallaba y no lo volvió a hacer: el área chica. (2-0, 52’).
Lo que quedó fue incapacidad zaragocista y una goleada bética con otros dos tantos de los máximos protagonistas, Castro y Molina, que redondearon una nueva goleada ante un histórico (hace dos semanas recibió tres Osasuna) en el mejor indicativo de que este Betis enfila hacia Primera a caballo de una de las mejores parejas de todos sus tiempos, Rubén y Jorge. La dupla del gol.