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La intrahistoria

España juega los cuartos y ya toca el cielo en la Clericus Cup

España está de celebración en la Clericus Cup. El equipo de sacerdotes del Pontificio Colegio Español en Roma disputa hoy los cuartos de final de este bendito torneo.

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España juega los cuartos y ya toca el cielo en la Clericus Cup

España está de celebración en la Clericus Cup, el Mundial de los curas. El equipo de sacerdotes del Pontificio Colegio Español en Roma disputa hoy los cuartos de final de este bendito torneo por primera vez en los tres años que lleva jugándolo. El Padre Iniesta (primo lejano de Andrés) hace de entrenador-jugador en una selección que tendrá un duro rival en la Universidad Gregoriana, formada por jugadores de diversas nacionalidades: “Hay algún cura, pero la mayoría son seminaristas. Con 20 años y 20 kilos menos lo normal es que nos ganen, porque nosotros somos ya sacerdotes bastante curtidos”, implora el Padre Llamas adelantándose al martirio.

El conjunto español ya ha alcanzado la gloria, en todo caso. En su bautismo en la fase de grupos perdió 4-0 contra el Instituto Teológico San Pietro, luego empató ante el Colegio Pío Latinoamericano y el milagro llegó en la última jornada al derrotar al Pontificio Colegio Pío Brasileño (1-0). Los que para muchos son los apóstoles del fútbol en el mundo, los brasileños, tuvieron que sucumbir —¡aleluya!— ante la coronación española: “Es la primera vez que pasamos de ronda. Hasta ahora nos habían ganado todos y por eso los rivales venían tranquilos y confiados a jugar contra nosotros”, confiesa el Padre Ortiz Palomo.

Lejos de la abstinencia, los clérigos españoles lo celebraron con una buena barbacoa a la que también invitaron al resto de participantes. Aquello, cuenta el Padre, sí que fue una bendición: “Hay jugadores de 67 nacionalidades, somos 16 equipos y más de 300 jugadores. El objetivo es pasar el rato y convivir en armonía unos con otros”.

La liturgia del torneo, además, invita a que después de cada partido los dos equipos recen juntos sobre el césped. España quiere que la oración de hoy venga acompañada de una celestial clasificación a semifinales. Así sea. Amén.