David Barral quiere más ante un Espanyol que va a por Europa

Nueva etapa de esta Liga que cruza dos equipos con caminos bien distintos. A estas alturas de campeonato esto se ha convertido en una contrarreloj individual en la que cada uno debe mirar única y exclusivamente por sí mismo sin pensar en lo que hacen los demás. Si no, error. Cerrar los ojos y apretar los dientes. Sin mirar a los lados si me adelanta uno o lo dejo un poco atrás. Siete metas que atravesar todavía para poder levantar los brazos al final. Lo que no se puede levantar ahora es el pie.

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El Espanyol llega a Orriols lanzado a por Europa. Casi sin creerlo, en una campaña algo irregular, se ha encontrado con que tiene al séptimo a la vuelta de la esquina. Contando que el Barcelona les eche una mano ganando la Copa, de alcanzar al Málaga tendrían hueco en el vagón de la Europa League. Y no parece tan descabellado. Los andaluces juegan mañana en el Bernabéu, lo que la lógica indica que se les puede recortar más puntos todavía. La ilusión es evidente. Y con el tridente (exgranota, por cierto) en plena forma todo es posible. Caicedo vuelve por primera vez a un Orriols que le impulsó de nuevo a la primera línea. Stuani, donde saboreó por primera vez la élite española, la misma en la que Sergio García dio sus primeros pasos de azulgrana.

Pero enfrente está Barral. Ése que hoy mismo puede entrar en un Olimpo granota que en su época ocupó Felipao. Convertirse en el máximo realizador del Levante en Primera División. Si marca un gol, igualará a Riga. Si hace dos, fijará un nuevo récord. Aunque para esto aún tiene siete jornadas por delante. Las mismas que su equipo para salvarse.