PSG - Barcelona
El fútbol en París es algo más que el PSG de las estrellas
A 20 kilómetros del centro, lejos de todo bullicio capitalino y del altavoz del PSG, está situada la sede social del Racing de París, un club con casi 120 años de historia.
París luce glamour con la Torre Eiffel, los Campos Eliseos, Notre Dame y el Louvre. Pero hay más. “Vais a ver historia”. Philip Lecampiet es un señor menudo que mira con orgullo la fachada principal del Olímpico Colombes, conocido también como Yves du Manoir (en honor a un jugador de rugby de los años 20). El recinto se levantó en 1907, después de que el diario Le Matin se hiciese con su propiedad y lo dedicase a campeonatos de rugby, atletismo y fútbol, aunque en 1893 un hipódromo le daba vida.
La edificación actual conserva la tribuna principal original y los fondos intactos (ahora cerrados porque la ley francesa y la normativa europea obligan a que todo el recinto sea sentado y no quieren “tocar nada de la historia”) y fue sede de los Juegos Olímpicos de 1924, donde se disputaron las competiciones de atletismo y fútbol. 14 años más tarde, con Francia como país organizador de la Copa del Mundo (entonces Jules Rimet), el estadio fue la sede de la final del Mundial: aquella tarde del 19 de junio de 1938, Italia y Hungría disputaron la final y los transalpinos, con Giuseppe Meazza como capitán, derrotaron a los magiares por 4-2.
“La gente se cree que somos aristócratas, que por tener un castillo ya piensan que hay dinero, pero no es así. Peleamos por mantener la estructura para la formación de talento”, explica Robert Hadmar, responsable del fútbol base del Sub-12 al Sub-17 del Racing de París. Se trata de un club polideportivo. Dicen que visten blanquiazules porque Pierre de Coubertin los sugirió en homenaje a la bandera griega.
La sección futbolística del Racing de París actúa hoy en día en la Sexta División francesa (zona media), “pero eso no nos resta ilusión”. Hubo un tiempo, no muy lejano, por cierto, en el que era la envidia de la mayoría de clubes del viejo continente con la aparición de Jean-Luc Lagardère, presidente del club Matra. Invirtió millones de francos en reflotar al equipo y compró para la entidad todo lo posible, aunque fracasaron. “Apareció 20 años antes de lo que tocaba”, dice Hadmar. “El Racing sigue criando en el semillero y salieron entre muchos Gallas, Cheyrou, Camara…”, remarca Hadmar que sonríe cuando recuerda que “es el Olympique de Marsella el que más provecho saca de nuestra base, más que el PSG”. “Si alguien quiere venir a invertir, sólo tiene que llamar a la puerta”, bromea Hadmar que afirma ”no soy anti PSG, pero entiendo que si Qatar está instalado en el Parque de los Príncipes es por dónde está ubicada la sede social del club”.
Uruguay. Una placa entregada por la Confederación de Fútbol Sudamericana conmemora el triunfo uruguayo en los Juegos Olímpicos de 1924. “Es un sitio de culto para los uruguayos. Aquí ganaron la medalla de oro en los primeros Juegos de París y aquí se forjó la base del fútbol charrúa, que con el paso de los años conquistó el oro Olímpico en 1928, así como los Mundiales de 1938 y 1950. Y todo eso pasa en Colombes, historia del deporte mundial en la periferia parisina, aunque sin el glamour de otros lugares.