Senna
“Tengo 38 años y sé que con Raúl aún voy a aprender cosas”
Marcos Senna (Sao Paolo, 1976) afronta en el Cosmos los que pueden ser sus últimos meses como futbolista. Lo hace con un viejo conocido de su lado, con Raúl
—Si le dieran la oportunidad de volver a jugar un partido, ¿cuál sería?
—La semifinal de Champions Villarreal-Arsenal, la del penalti de Riquelme.
—¿Antes que la final de la Eurocopa?
—Sí. ¿Le extraña? El recuerdo de la final es imborrable. Eso siempre estará ahí. Pero aquella semifinal la perdimos. Merecimos pasar. Y creo que al Barcelona en la final de París le podríamos haber ganado también. Mis mejores años los pasé en Villarreal.
—Ahora sigue en el Cosmos dándole patadas a un balón y este fin de semana volverá a competir...
—Y hasta que el cuerpo aguante. Cuando hace frío en Nueva York… ¡lo odio! Pero ser parte de esa ciudad es una experiencia de vida. Y mi familia se ha adaptado a la perfección. Pero uno ya está pensando en qué hacer después. ¿Entrenador? No me veo… pero me sacaré el título para tenerlo en el cajón.
—El fútbol le vuelve a unir con Raúl.
—Sí. A Raúl lo conozco desde el Mundial de Alemania. Tengo 38 años y sé que con Raúl aún voy a aprender cosas. Es un grande. Un tipo humano dentro y fuera.
—¿Tiene algo que aprender?
—El fútbol es un aprendizaje continuo. El que no lo vea así, que se dedique a otra cosa.
—¿Le han preguntado mucho sus compañeros por Raúl?
—Cada día. Sobre todo el entrenador. El míster es muy buena gente. Ama el fútbol. Quería saber cómo es Raúl como persona, como compañero… Solo le dije que con los años que lleva Raúl y nunca una polémica, una mala palabra… Raúl sólo es noticia por sus goles.
—¿Habló con él antes de que fichara por el Cosmos?
—Estuve con él en Qatar. Estuvimos con el Cosmos en Dubai y me acerqué a verle. Yo ya sabía que tenía la oferta y él quería preguntarme cosas del club, su estructura, de la liga… Y antes de firmar vino a Nueva York y también estuve con él. Al final aceptó. Vio que es un buen proyecto y que se va a sentir a gusto con su familia.
—¿Y qué le contó?, ¿cómo es el fútbol en Estados Unidos?
—Bueno. La MLS es la Liga principal. En ella ya juega el Guaje, otro grande. La liga en la que está el Cosmos es diferente. Allí no hay Primera ni Segunda. Ni ascensos ni descensos. Son ligas independientes. Desde luego que no hay comparación al fútbol europeo. Es un fútbol más directo, más de fuerza… quizás lo peor es que se juega mucho en césped artificial.
—¿Cómo es el Cosmos? Porque en Europa se le asocia con Pelé.
—El Cosmos como nombre tiene historia, pero el proyecto de ahora es nuevo. El año pasado nos quedamos en semifinales, pero hace dos ganamos el título. El dueño del Cosmos quiere dar el salto a la MLS, pero tiene discrepancias con la MLS y primero quiere construir un estadio para 30.000 personas, porque ahora jugamos en la Universidad.
—¿Discrepancias?
—Cosas de las franquicias y los derechos de los futbolistas. En la MLS los jugadores no son del club sino de la propia MLS y eso lo pierde el club. En temas de sueldo y eso no hay problema porque la Liga se ocupa. Sin embargo, en la que estamos nosotros es como España, nos paga el club. Y claro, los equipos de nuestra liga pelean para que eso cambie y cuando eso se consiga habrá ascensos y descensos.
—¿Y cree que Raúl se amoldará al fútbol de allí?
—No lo dudo. Seguro. Raúl es perro viejo. Real Madrid, Bundesliga, Qatar… Además el Cosmos intenta hacer un fútbol de toque y eso al menos para mí es una bendición.
—¿Con el Guaje ya ha coincidido por Nueva York?
—Me mandó un mensaje desde Australia para quedar y nos vimos en enero. Estoy seguro que el Guaje va a ser la estrella de la MLS. Es la imagen del New York City. De hecho fue su primer fichaje. Ten en cuenta que el Guaje llega como campeón de España con el Atlético y su paso por la mejor España está reciente.
—Ya que me habla de la Selección, ¿cómo la ve ahora?
—Pues haciéndose como equipo. Está en proceso de regeneración. Vicente (Del Bosque) está haciendo lo que tiene que hacer, que es ir probando nuevos jugadores y buscando un bloque. Los últimos resultados pueden haber generado dudas, pero lo que importa ahora es clasificarse y que haya equipo cuando tiene que serlo, que es en la Eurocopa.
—Hablemos de ‘su’ España y de la Eurocopa de 2008. Sin pensar, ¿un recuerdo?
—Buff… El eterno paseo desde el centro del campo hasta el punto de penalti en la tanda contra Italia. Solo pensaba en no mirar a Buffon y lanzarlo por donde había ensayado días antes. Lo tiré así… y gol. Si llego a mirar a Buffon sé que la portería se hubiese hecho pequeña. Aquella victoria la celebramos tanto como la propia final. Ahí nos quitamos un peso.
—¿En qué momento se vieron campeones?
—Hubo una frase de Luis Aragonés que se me quedó grabada. La dijo en una jornada de convivencia en Madrid, una semana antes de concentrarnos. Nos reunió y nos dijo: “Mirad chicos, ahora os vais una semana a descansar, desconectar, pero que sepáis que vamos a la Eurocopa para ganarla. Tenemos la mejor selección, pero sólo lo seremos si vosotros lo creéis. Yo estoy seguro que vamos a ganar esta Eurocopa”. Fue una frase tan sencilla y tan sentida, que todo el grupo le creyó. Ganar la Champions con el Real Madrid o Barcelona forma parte de la idiosincrasia del club. Ganar la Eurocopa con España era cambiar la historia y fuimos creyendo que podíamos cambiarla.
—Por algo le llamaban el Sabio a Luis Aragonés…
—El ‘abuelo’ fue el verdadero artífice. Nadie me ha pegado las broncas que él. Pero Luis me cambió la vida. Nos la cambió a todos. No dejaba ninguna cosa sin atar. En el Mundial de Alemania nos llamó por primera vez a Cesc, Iniesta y a mí. Reunió a todos y dijo: “Estos son tan importantes como Puyol”, que llevaba tropecientos partidos. Y nadie le rechistaba. Recuerdo que en el primer partido de la Eurocopa a Torres le cambió y éste se fue enfadado. Y en ese partido Sergio (Ramos) hacía cosas diferentes a las que él le pedía. Al día siguiente nos reunió y dijo: “Fernando, me parece bien que te enfades, pero si lo haces… lejos de mí que te cojo por el cuello y te mando a España; y tú, Sergio, cuando te digo que hagas esto, lo haces, o te vas con Fernando a casa”. Y luego soltaba cualquier broma, nos reíamos y todos a comer.
—Para risas las de la charla previa a la final…
—Es que tenías que oírle llamar a Ballack, Wallace… Ese Wallace es bueno, decía. Y claro, salimos a jugar con una sonrisa en la boca.
—¿Usted cómo vivió los éxitos posteriores de la Selección?
—Con alegría por el grupo de amigos que los consiguieron... pero no soy hipócrita. Para mí fue un enorme golpe no estar en el Mundial y me quedé muy decepcionado con Del Bosque. Sentía que al 99 por cien estaría en la lista de 23. Pensaba que Javi Martínez era un chaval joven que ya tendría su oportunidad. Hasta me había probado el traje oficial. La noticia me pilló en Brasil y estuve dos días en shock. Pero bueno, después he coincidido con Del Bosque y bien. Nunca hemos hablado del tema. Pero tiene una camiseta mía del Cosmos. Es demasiada buena persona e imagino que no fue fácil.
—La última, desde su condición de brasileño que jugó con España, ¿cómo ve lo que rodea a la figura de Diego Costa?
—Lo primero, la gente tiene que saber que Diego Costa quiso jugar con España y no con Brasil. Me quito el sombrero ante esa decisión. Se debería valorar. A partir de ahí, Diego y yo somos muy diferentes y el contexto, también. Por eso son situaciones distintas. Diego es un jugador polémico en sí, es su forma de jugar… genera más animadversión… y yo estuve en una Selección que ganó la Eurocopa, Diego llega y España fracasa en el Mundial. Si hubiera hecho seis goles en Brasil sería un héroe.