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Atlético - Real Madrid

... pero el equipo merengue le ganó la Décima en Lisboa

La final de Lisboa (24 de mayo de 2014) pasará a la historia madridista por la conquista de la Décima, pero los atléticos se sintieron campeones durante 57 minutos.

Madrid
La imagen recoge el momento en el que Sergio Ramos logra el empate para el Real Madrid, gol que abrió el camino a la Décima. Desde entonces, el minuto 93 se ha convertido en un símbolo blanco, adorna camisetas y da nombre a una grada en el Santiago Bernabéu.
La imagen recoge el momento en el que Sergio Ramos logra el empate para el Real Madrid, gol que abrió el camino a la Décima. Desde entonces, el minuto 93 se ha convertido en un símbolo blanco, adorna camisetas y da nombre a una grada en el Santiago Bernabéu. Getty
AStv

El derbi madrileño traspasó la pasada temporada las fronteras nacionales para convertirse en rivalidad continental. La final de Lisboa (24 de mayo de 2014) pasará a la historia madridista por la conquista de la Décima, pero los atléticos se sintieron campeones durante 57 minutos (los que fueron desde el gol de Godín hasta el de Sergio Ramos). No fue un partido exquisito, fue de brega continua, que comenzó con la retirada de Diego Costa a los nueve minutos de partido. El gol de Godín llegó tras una mala salida de Casillas y el segundo tiempo fue un ataque de fe madridista. En la prolongación, en el 93’, Sergio Ramos se elevó sobre los defensas rojiblancos para marcar el gol del empate y, de paso, hacerse un sitio entre las leyendas del madridismo. La prórroga rompió definitivamente la resistencia del Atlético. Tres goles más de Bale, Marcelo y Cristiano sembraban el júbilo entre los madridistas y el desconsuelo rojiblanco.

Pero antes de la final de Lisboa hubo otro enfrentamiento europeo entre Real Madrid y Atlético. Fue en las semifinales de la Copa de Europa del año 1959. El derbi se jugó primero en el Bernabéu, con victoria madridista por 2-1. La vuelta fue en el Metropolitano, donde el Atlético se impuso con un gol de Collar. Hubo que jugar un partido de desempate, pues entonces no existía la regla del gol visitante, es decir en caso de empate gana el que haya marcado más goles fuera de casa. El partido se jugó en el estadio zaragocista de La Romareda y el Madrid venció 2-1. Aquella victoria llevó al Real Madrid a Stuttgart donde se enfrentó en la final al Stade Reims al que venció por 2-0 (Mateos y Di Stéfano). Fue la cuarta Copa de Europa madridista, después llegarían seis más hasta la Décima de Lisboa.