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Faustino Asprilla

“Yo hacía jugadas de esas por las que uno paga una entrada”

Faustino Asprilla es uno de los mejores futbolistas colombianos de la historia. Ahora, en su feliz retiro, vive muy preocupado por la angustiosa situación que atraviesa el Parma.

Actualizado a
Asprilla, como jugador del Parma.

¿Cómo se llega a esta situación en el Parma?

Da nombre a unos condones

Tino Asprilla es toda una celebridad en Colombia. A sus 44 años es un hombre inquieto y extrovertido y el año pasado no dudó en crear una marca de condones con su nombre. La finalidad, entre otras cosas, y según afirmó fue ayudar en la lucha contra el SIDA, así como luchar contra los embarazos no deseados de adolescentes. Para publicitar el nuevo producto, el propio Asprilla no dudó en posar, con una gran sonrisa, con un grupo de modelos, como se ve en la foto de la derecha.

—Obviamente es un problema administrativo. Cuando uno llega a esta situación es que han llegado a un punto donde han derrochado todo lo que han podido. Si uno mira los ingresos que le da la Federación, la taquilla y la televisión, un equipo al menos debería sostenerse durante toda la temporada. No sé cómo han podido manejar el dinero para no poder subsistir cuando todavía falta la mitad del campeonato. Es imperdonable.

—¿Mantiene algún vínculo con el equipo?

—Hablo con amigos de allí, con Alessandro Melli y con algunos que trabajan en el club y… ojalá pudiera ayudarles desde aquí. Esperemos que aparezca alguien para resolver el problema y que el Parma acabe al menos dignamente la temporada.

—¿Se esperaba alguien allí o usted mismo que algo así pudiera pasar?

—No conocía profundamente la situación pero sí tenía mis dudas porque hace un par de años organizaron un evento para celebrar los 100 años del club y no me pagaron ni los billetes de avión que me habían prometido. Cuando ves que después de año y medio un club de Primera División no te puede pagar ni 2.000 euros, ya ves que algo va mal, que la situación al menos no es tan bonita como parece.

—¿Le duele?

—Me duele muchísimo. Me encantaría estar ahora mismo en Parma y poder pagar de mi bolsillo lo necesario para que sigan jugando. Pagar el autobús o lo que sea para llevar a los jugadores y que puedan seguir jugando.

—¿Tanto le marcaron sus dos experiencias en el Parma?

—No puedo tener mejores recuerdos. Fue increíble lograr lo que logramos en una ciudad tan pequeña y con un estadio de menos de 30.000 personas. Ganar dos Copas de la UEFA, una Supercopa, haber ganado a la poderosa Juventus, al poderoso Milán de Capello en San Siro… Después de los grandes es el equipo italiano que más conquistó. Hablando de títulos fue incluso más grande que el Nápoles de Maradona. Por aquí pasaron los mejores jugadores que han podido pasar: seis o siete campeones del mundo, leyendas del fútbol francés como Thuram, Boghossian u otros como Buffon, Cannavaro…

—¿Quién era la estrella?

—Éramos tantos que no había una estrella. Éramos todos por igual. Incluso los contratos eran casi idénticos. No había las diferencias que hay ahora por ejemplo con Messi, Cristiano… Había un tope salarial y todos nos acogíamos a eso.

—Llegó en verano de 1992 y esa misma temporada ya fue clave en la conquista de la Recopa después de hacerle un doblete al Atlético de Madrid en semifinales…

—Buff, fue un partido durísimo. Íbamos perdiendo 1-0, en el Vicente Calderón, y en el segundo tiempo le dimos la vuelta al partido con mis dos goles. Aquellos dos goles de visitante nos llevaron a la final.

—Y la ganaron.

—Sí, en Wembley. Al Amberes. Era un equipo que había pasado desapercibido, había tenido bastante suerte para llegar hasta allí pero nosotros le metimos tres (3-1) en la final

—Luego también conquistó la UEFA de 1994-1995 ante la Juventus formando una dupla de lujo con Zola y anotando dos goles en las semifinales contra el Bayer Leverkusen. Sin embargo, la temporada siguiente deja el equipo. ¿Por qué?

—Me voy por Capello. Él había firmado un precontrato con el Parma y pasó una lista a los dirigentes con los jugadores que tenían que salir. Y pidió que me fuera. El presidente y el dueño le dijeron: “Pero cómo vas a echar al Tino, si es el mejor que tenemos acá…” Hablaron conmigo y después de cuatro años decidí que era hora de irme.

—Y se fue a la Premier League.

—Sí, me fui al Newcastle. Antes había tenido una oferta impresionante del Inter de Milán y otra del Borussia Dortmund, pero el Parma no me dejó salir. Lo curioso es que yo me voy y Capello, con un contrato firmado, deja tirado al Parma porque le llama el Madrid. Por eso a Capello en Parma le odian.

—Se fue usted y el Parma no ganó nada más durante tres temporadas…

—Hubo una pequeña crisis con Ancelotti y entonces me llamaron para que volviera porque a nadie allí le gustó que me vendieran. Llegué ya a mitad de temporada y el equipo estaba en problemas, pero cuadramos todo y conseguimos quedar quintos. Entonces el club decidió sacar a Ancelotti y traer a Malesani.

—¿Cómo era entonces Ancelotti?

—Mi relación con él fue muy buena. Sigo creyendo que es un ser humano espectacular. Trata muy bien al jugador. Yo incluso hablé con los directivos en el Parma para que lo mantuvieran. Pero…

—Y al año siguiente, ya con Malesani.

—El Parma montó otra vez un equipazo con Crespo, Buffon, Thuram, Verón, Baggio… Ganamos la UEFA y la Copa Italia. Y perdimos la Liga porque Malesani era muy burro, perdió él solo el campeonato teniendo el mejor equipo.

—En Inglaterra también se hizo pronto un ídolo en Newcastle. Su hat-trick al Barcelona en la Champions League todavía se recuerda.

—Siempre me acogieron muy bien en todos los equipos. La gente siempre salía contento conmigo porque hacía jugadas de esas por las que uno paga una entrada. Y los equipos españoles se me daban bien. Fue mi mejor partido con el Newcastle, un partido perfecto. Uno sale como héroe o sale como villano, es la vida del futbolista. Ese día salió todo. Fue algo fuera de lo común y más por hacérselo al Barcelona.

—¿Por qué nunca jugó en la Liga?

—Tuve la posibilidad de ir al Zaragoza, cuando jugaba Esnaider, pero el Parma no quería que saliera.

—¿A qué se dedica ahora?

—Vivo en Colombia. Tengo una escuela de fútbol de jugadores de 16, 17 y 18 años e intento sacar nuevos talentos.

—Hace poco leí que casi tiene que abandonar el país y que le entraron a robar en su propia casa.

—Me pedían dinero pero la policía capturó a todas las personas involucradas. Ya se solucionó el problema y estoy tranquilo.

—El fútbol colombiano está de dulce. ¿Quién es el Asprilla de la nueva generación?

—Cuadrado. Es el más parecido a mí en la cancha. Tiene mucha personalidad, gambetea, tiene un dribling espectacular y tiene bastante gol. Es muy completo.

—¿Mejor que James y Falcao?

—Son diferentes. Falcao es un goleador y James es más asistente.

—Falcao, últimamente, no marca muchos.

—Falcao tiene que sentarse con Van Gaal y decirle: “Mire... yo juego de delantero. Si le gusta, bien; si no, déjeme fuera”. Falcao no está para jugar por los lados, está para hacer goles y no para dárselos a los demás. Ya tuvo ese problema con la selección de Bolillo. No encontraba su puesto hasta que le dejaron hacer lo que sabe en su posición. A Falcao no se le ha olvidado meter goles pero mientras no le pongan de delantero va a seguir dándole la razón al entrenador.

—¿Cree que le frustró un poco no poder fichar por el Real Madrid?

—Lo del Madrid ya es pasado. Uno no se puede estancar en eso. Cuando yo estaba en el Newcastle los directivos del club me dijeron que había la posibilidad de hacer un intercambio con Suker, que él viniera al Newcastle y yo fuera al Real Madrid. Para mí era fenomenal pero el problema es que Capello estaba allí y entonces no pude ir. Si no, seguramente hubiera ido. Pero yo no me estanqué en eso, seguí peleando y haciendo lo mío.

—Usted conoce muy bien a Falcao. ¿Tan cerca estuvo del Madrid?

—No sé. Se especulaba mucho, se iba a comer con Florentino, se hacían cariños y guiños… pero yo también fui a comer con Braida, con Galliani… y nunca llegué al Milán. El fútbol no asegura nada a nadie. Mira ahora en el Real Madrid. Critican a Casillas. Lleva 20 años ganándolo todo para el Madrid y ahora muchos aficionados le pitan. Sacaron a Raúl, el ángel del equipo, la insignia… el fútbol es así. Uno tiene que saber que está ahí para ganar y cobrar. Y luego te retiras. Entonces, ya con el tiempo, vuelve el amor.

—A James sí que le va mejor en el Real Madrid.

—Sí, le veo muy bien. No es fácil jugar allí y menos adaptarse en el primer año. Mira Bale, lleva dos años y todavía no ha conseguido acoplarse y demostrar lo que todos los domingos demostraba en la liga inglesa.

—Otro colombiano que recientemente fue noticia en España fue el rapero Kevin Roldán.

—¡Dios mío! ¿Nadie le dijo que no podía ir a una fiesta a publicar fotos y vídeos?

—Usted también tenía fama de hacer muchas fiestas...

—Sí, pero con una ventaja. No existían los celulares con cámara. Íbamos a las fiestas tranquilos porque no había cómo grabarte. Odio los celulares con cámaras. El que lo inventó es un desocupado. Las nuestras eran mejores que las de ahora. Recuerdo una que hicimos en un pueblo todos los jugadores del Parma. La llenamos de modelos. Yo sí que lo grabé con mi cámara pero la tengo en mi casa guardada. Me has dado una idea. Igual un día lo saco todo al aire para que Cristiano vea que él no es el único que hace fiestas.