ZARAGOZA 0 - LUGO 0
El Zaragoza no revive ante el Lugo y sigue en caída libre
El conjunto maño sólo ha conseguido tres puntos de los últimos quince disputados. El Lugo estuvo mucho más cerca de ganar que de empatar.
El Zaragoza prosigue una semana más su caída libre. Tampoco pudo con el Lugo, que estuvo más cerca de ganar que de empatar en La Romareda, y sigue acumulando deméritos y alejándose de la promoción. En un partido absolutamente decepcionante del equipo aragonés, el Lugo de Quique Setién impuso su estilo ordenado, seguro y perezoso y continúa su escalada en la clasificación, con diez puntos capturados de los últimos doce en juego. Todo lo contrario que el Zaragoza, que suma tres de los últimos 15, una racha fatal.
El Lugo llevó de inicio el partido a su terreno, con su ritmo cansino y de posesiones largas, y al Zaragoza, diezmado por las bajas, le costó entrar en calor más de la cuenta. Hasta el minuto 22 no se acercó con peligro a la puerta de Dani Mallo, en una penetración de Tato que abortó con su salida el portero lucense. Luego llegarían seguidos dos remates forzados de Borja Bastón, que, al menos, sirvieron para calmar los silbidos de la grada y nivelar algo el encuentro, pero poco más.
Durante toda la primera parte, el Lugo, sereno y bien armado, tuvo mucho el balón. Sin demasiado peligro, eso sí, pero lo suficiente como para arrebatarle al Zaragoza la iniciativa y desesperar a su parroquia. Su ocasión más clara se produjo en el minuto 11, en un error en la salida de balón de Dorca que acabó en un remate de Caballero a las manos de Alcolea. Su repertorio se completó con dos o tres aproximaciones al área, pero sin tirar a gol.
El equipo de Popovic salió con más brío tras el descanso en un decidido intento por agitar el encuentro y acabar con el dominio preciso y parsimonioso del Lugo. Tuvo un breve pasaje de ofensiva, en el que se fue al limbo un penalti de Dalmau a Borja Bastón (48’), pero la mejor ocasión, que fue doble, la tuvo tres minutos después el equipo gallego, con dos remates consecutivos a bocajarro de Caballero y Toni Doval que salvó Alcolea en dos acciones providenciales.
El Zaragoza no encontraba la forma de meterle mano al Lugo y Popovic, siempre remiso con los cambios, decidió meter a Willian José por Tato a 23 minutos del final. En esta ocasión, el brasileño era toda la carne que le quedaba en asador, porque el resto de asientos del banquillo lo ocupaban futbolistas del filial. Pero lejos de mejorar, el Zaragoza se fue achatando cada vez más, incapaz de hacerse con el control del juego y de comprometer al Lugo. El reloj corría ya a toda velocidad entre la frustración de La Romareda y la serenidad del conjunto de Quique Setién, comodísimo y sin rifar jamás el balón.
Ya a la desesperada, Popovic hizo debutar a Sergio Gil, relevando a un agotado Ruiz de Galarreta, pero ya no había ni fuerzas ni fútbol para nada. Las horas bajas del Real Zaragoza son cada vez más bajas. Ahora mismo no está para competir con nadie.