La inercia del Ciutat ante la gran depresión que sufre el Eibar

Cada vez quedan menos oportunidades. Los puntos que se van ya no vuelven. Y eso, precisamente, es lo único que hace falta para salvar la categoría. Triunfos. Puntos. De tres en tres a poder ser. Y de eso andan escasos Levante y Eibar. De ahí su tensa situación. Los granotas siguen en descenso tras el varapalo de Vallecas y vuelven a aferrarse a su estadio donde saben que se juegan los cuartos. Pero las sensaciones son muy flojas, fuera y dentro. Enfrente hoy, un Eibar al que se le acaba el buen colchón que le dio su sorprendente primera vuelta. Pero ahora, tras una segunda sin puntuar aún, todo se ve de otra manera. Oscuro tirando a negro.

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Alcaraz tiene una minirevolución preparada. Obligada. De ella se puede aprovechar Rubén, al que se le espera hace meses ese paso al frente definitivo. De momento no ha llegado. Sin Diop, Camarasa volverá a tener a Simao al lado y deberán demostrar si finalmente son la pareja perfecta o no para la medular. Y al multiusos Morales le toca otra vez el lateral derecho para cubrir la baja de Iván. Mariño, eso sí, tendrá otro partido de reválida. Quién sabe si será su última oportunidad.

La inercia del Ciutat será, casi seguro, el principal escollo de un Eibar que sabe cómo atacar los puntos débiles granotas. Eso y la racha de Barral. El gaditano se está erigiendo en el hombre milagro. Y eso hay que aprovecharlo. Además de que la decadencia armera es tan evidente como que de perder hoy se meten en un lío soberano. Con el golaverage de por medio y a la espera de los famosos tres puntos del Almería que siguen en el limbo.

El césped, bastante recuperado tras la resiembra

El verde del Ciutat de València recupera su particular estado. Aunque todavía no es el tapete que se espera, el césped del campo granota presentará esta noche bastante mejor forma que en el último duelo disputado en casa por los azulgrana contra el Granada donde se apreciaron zonas muy afectadas y al balón le costaba rodar en determinados momentos. Los jardineros de la entidad levatinista se han esmerado a fondo para culminar a tiempo la resiembra que se llevó a cabo después del partido ante el Málaga y con el paso de los días parece que se ha conseguido el efecto esperado. Aún así desde dentro saben que todavía no presentará su mejor cara y que irá a peor con el paso de los minutos.