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Real Madrid

Uli Stielike: “Los pitos a Carlo Ancelotti fueron vergonzosos”

Stielike hizo historia en el Madrid del 77 al 85: es uno de los extranjeros más queridos por la afición por su entrega y calidad. Ahora dirige a Corea del Sur.

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Uli Stielike: “Los pitos a Carlo Ancelotti fueron vergonzosos”

¿Ha pasado ya el bache el Madrid?

-Olvídese del Schalke, es demasiado flojo. Jugar en casa y no crear ni un problema, nada de marcaje a Kroos, que jugó como quiso...

-¿Es Kroos el típico cinco?

-No. Yo le veo más como un 8, ni como un 10 ni como un 6. Nunca fue un Xabi Alonso.

-¿Cómo le ve por delante de los centrales en el Madrid?

-Tiene cualidades... A lo mejor ya se había acomodado en el Bayern. Era el momento preciso de dar un paso adelante.

-¿Qué tiene el jugador alemán que siempre rinde al llegar?

-Disciplina, preparación física. Se ve en Kroos también la flexibilidad de jugar en varias posiciones. Yo también jugaba de libre y en el centro del campo. Nosotros aprendemos a jugar en la calle, no tenemos posiciones fijas.

-Incluso rindió Khedira. ¿Alguna vez le gustó a usted?

-Me gusta más Kroos.

-¿Qué pasó con Khedira?

-No sé hasta qué punto influyen en los chicos los agentes. Cuando se supo que tenía ofertas ya no es el mismo. Hay agentes que hacen mucho mal a los jugadores.

-¿Cómo explica el bajón de juego del Madrid en 2015?

-En estos días que vivimos, si pierdes un partido parece que no has hecho nada en los dos años anteriores. No estoy de acuerdo. Te atropelló el autobús y ya está. Eso pasó en el Calderón.

-El debate es más profundo: jugar el 4-4-2 o el 4-3-3.

-Ancelotti se puede permitir el 4-3-3 porque tiene jugadores de una clase extraordinaria que no pierden balones tontos. Porque terminan las jugadas y te da tiempo a replegarte.

-¿Ve al Madrid equilibrado con el 4-3-3?

-A mí me gusta el juego ofensivo. Si yo tuviera la ocasión, jugaría así. Si lees a los críticos todos los partidos acabarían 0-0. Porque ningún jugador se puede permitir un error en el campo.

-La pasada temporada el Madrid ganó con el 4-3-3 pero estaban Di Maríaa y Xabi Alonso.

-Me encantó Di María en la media. El problema es que si juegas con el 4-3-3 ante un equipo con laterales muy ofensivos estás en claro peligro. Eso fue lo que pasó en el Calderón.

-¿Para jugar así al Madrid le haría falta un Stielike para no partirse en dos?

-No sé. El 4-2-3-1 es una variante que al Madrid también le iría muy bien.

-Pero Bale y Cristiano no están acostumbrados a bajar.

-Así ubicaría a Isco en el sitio idóneo y sólo tendría que buscar un acompañante para Kroos.

-Y sentar a James o a Isco.

-Sí...

-¿Le gustó Lucas Silva?

-Se puede hablar de un buen debut, pero es pronto...

-¿Qué opina de Ancelotti?

-Es el técnico ideal para el Madrid, donde no hay que entrenar sólo a un equipo, sino representar una sociedad. Y él lo hace muy bien. Cuando he visto cómo le han puesto después del 4-0 me daba pena. Un técnico que ha ganado cuatro títulos en un año, incluida la Champions, que se le diga por un partido 'coge tus cosas y vete...'. No es justo. Me pareció una vergüenza que le pitaran. Ancelotti es más sensato, más serio y menos polémico que Mourinho. Y el Madrid no es un club polémico.

-¿No lo ve un club polémico?

-Por lo menos no lo era en el año que viví con Bernabéu y los siete con Luis de Carlos. Con la entrada de Mendoza cambió un poquito. Yo me refiero a los madridistas, a la sociedad, y estos se merecen que su entrenador no sea polémico.

-¿Le molestó la fiesta de Cristiano?

-Esto sí que no lo entiendo. No entiendo que un jugador que está tan expuesto busque así la publicidad. Cuando invitas a cierta gente sabes que corres el riesgo de que salga. Mire, nosotros (en su época) hemos hecho fiestas, más de las que hacen ahora.

-No me diga.

-Pero no había móviles, ni cámaras. Y si hacíamos algo era en casa. Y otra cosa, hemos tenido muy mala conciencia después. Sabíamos que estaba mal. Y al día siguiente éramos los primeros en ir al entrenamiento, a lo mejor con 30 grados, y ponernos en chubasquero a correr para sudar la cerveza. Ese carácter fuerte en los jugadores falta hoy.

-Carácter como el que tenía usted.

-Sí... Eso son los jugadores que se necesitan. Yo me fijo en Ramos. Es uno de esos jugadores que lleva el escudo dentro. Como Gordillo, como Pirri... Como Hierro. El caso es que Cristiano luego dijo a un periodista: "Tú no eres inteligente". ¿Quién no es inteligente, entonces? Si ya eres un jugador célebre, ¿para qué buscas más la celebridad? Yo buscaría la tranquilidad en mi vida privada, no más follón todavía.

-¿A usted por qué le quería tanto la gente?

-Vine a España sabiendo que Alemania no me convocaría para el Mundial del 78. Ya me lo dejaron claro cuando firmé.

-¿Sí?

-Había un conflicto para salir del país. Pero lo hice. Y mi identificación ha sido tan grande que a la gente no le quedó más que reconocer que había venido un alemán que se partía el pecho por ellos. Si no hubiera habido el cambio de Luis de Carlos por Mendoza en el 85 habría terminado mi carrera en el Madrid. Valdano tenía contrato y entonces sólo había dos extranjeros en la plantilla. Y Mendoza quería presentar una nueva cara y trajo a Hugo Sánchez.

-Una duda: ¿No fue el Madrid a ver a otro jugador y no a usted cuando le ficharon?

-Hay dos versiones. Unos dicen que vinieron por Willmar, otro medio del Borussia, que tenía un equipazo con seis internacionales incluido Heynckes.

-¿Cómo le fue a Willmar?

-Nunca salió. Y otra versión dice que el Madrid estaba detrás de mí, y que tenía unas informaciones buenas y otras malas por las lesiones. Yo me creo esta versión, porque a mí me llamó Netzer, unos días antes del partido que jugamos contra el Dinamo de Kiev (marzo del 77) que era de semifinales de la Copa de Europa, y me dijo: "Ten cuidado, van a ir a verte del Madrid". Al parecer Bernabéu dijo: "Bueno, si ustedes no se pueden decidir voy yo mismo a ver al jugador". Y se ve que a los diez minutos de partido comentó: "Hay que fichar a ese tío con bigote". Agustín Domínguez le acompañaba...

-¿Y se movió todo ese día?

-Al día siguiente. Tras el partido me llamó Netzer otra vez: "Vete mañana al Intercontinental de Dusseldorf", ciudad en la que se jugó aquel partido. Entré en el hall y estaba sentado don Santiago con Agustín Domínguez.

-¿Imponía Bernabéu?

-Llenaba la habitación con su presencia. Yo tenía 22 añitos.

-¿Chapurreaba alemán?

-Sí, parece que en la guerra había cogido alguna frase que otra. Y siempre que nos cruzábamos en las oficinas soltaba una frase en alemán (risas).

-¿Qué pasó entonces?

-Agustín Domínguez me habló en inglés y me dijo que subiera a la habitación donde dormía. Y allí mismo cogió una hoja de estas con el timbre del hotel, me preguntó qué quería ganar, apuntó cuatro párrafos y firmé el papel. Y ese fue el contrato. Algo impensable hoy en día.

-¿Cómo vive su experiencia con Corea del Sur?

-Muy bien. No me hacía una idea de lo que nos esperaba ahí. Nunca habíamos trabajado en un país asiático. Un entrenador no puede pedir más disciplina a un equipo. Es impresionante la voluntad con la que se trabaja. Y la Federación estupenda. Con la final de la Copa de Asia ya hemos dado un paso importante. En el ránking de la FIFA hemos subido del 69 al 54.

-¿Es el lugar correcto para Corea, llegar a la final de la Copa de Asia?

-Yo creo que si, pero es un poquito curioso. La Liga coreana, la verdad, no es muy fuerte. Por el contrario, la exigencia para el equipo nacional es inmensa. Tenemos cuatro jugadores en Alemania, dos en Inglaterra, y la gran mayoría en países asiático: Japón, China... Tengo dudas de que el nivel de estas últimas Ligas nos permita subir el nivel. Los jugadores de Europa están mejor preparados.

-¿Cómo es trabajar allí?

-Es idioma es una barrera, claro. He pedido un traductor español porque mi ayudante es argentino. Llevo seis años trabajando con él. Lo conocí en Suiza. Esa fue mi única exigencia, llevarlo conmigo.

-¿Funciona el traductor?

-Éste, bastante bien. Tuvimos otro que era más traductor de política. Palabra por palabra... Eso no sirve. Tiene que hablar el lenguaje de los jugadores, y no traducir palabra por palabra, sino el sentido de lo que se dice. Y este lo hace. Nos apañamos con él.

-¿Cómo le gustaría que terminara jugando su Corea?

-Podría pensarse que hay alguna desventaja, por ejemplo, de altura. Somos más chuiquitos, pero por el contrario somos más rápidos. Y ahí tenemos que llegar. Hay que adaptarse. Y en el trabajo defensivo estuvimos bien en Australia, cinco partidos seguidos sin encajar un gol hasta la final, un minuto antes del descanso. Ahí hemos avanzado, y en la agresividad. Lo que nos falta, y es debido a la educación de los jugadores, es mayor creatividad. Más momentos de sorpresa, terminar las jugadas con determinación. Igual que te beneficia que sean tan disciplinados...

-¿Lo son demasiado?

-Yo, la primera vez que hablé con un jugador le dije: ¿Y tú que piensas? Y me miró como si viera un Marciano.

-¿Qué objetivo se marca?

-Tengo contrato hasta 2018, siempre que nos clasifiquemos para Rusia. El objetivo será pasar la fase de grupos. Hace muchos años que eso no ocurre, desde el campeonato que se jugó en su país en el que fueron cuartos.