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URUGUAY

El padre de Forlán: "Diego nunca ha hecho cosas fuera de lugar"

El padre del futbolista uruguayo Diego Forlán, Pablo Forlán, defendió hoy a su hijo frente a las acusaciones de fraude fiscal, al figurar su nombre en la denominada 'Lista Falciani'.

Montevideo
Imagen de archivo de Diego Forlán, en un partido con la selección uruguaya.
Roberto Candia

El padre del futbolista uruguayo Diego Forlán, Pablo Forlán, defendió hoy a su hijo frente a las acusaciones de fraude fiscal, al figurar su nombre en la denominada 'Lista Falciani', que incluye unos 100.000 clientes de la filial suiza del banco británico HSBC con cuentas opacas.

Forlán "nunca ha hecho cosas fuera de lugar", aseguró a Efe el padre del deportista, quien manifestó que, aunque todavía no se ha podido comunicar con su hijo, no cree que éste haya pretendido evadir impuestos.

Un consorcio de medio centenar de medios de comunicación, encabezados por el diario francés Le Monde, ha comenzado a publicar hoy la 'Lista Falciani' que incluye desde traficantes de armas y de drogas, hasta estrellas del deporte como Fernando Alonso, banqueros como Emilio Botín, o representantes de la moda como Elle McPherson.

"Diego Forlán se convirtió en cliente del HSBC en 2006, cuando jugaba en España para el club Villarreal", se especifica en el perfil del jugador publicado en la plataforma en línea 'Swiss Leaks', en el que se precisa que tenía dos cuentas opacas que ascendían a 1,4 millones de dólares en el período 2006-2007.

Los documentos filtrados "no especifican el rol exacto" que Forlán tuvo en relación a las cuentas, señala la misma página web, que dice no haber recibido respuesta del futbolista en relación a este asunto, pese a las repetidas demandas de información.

"HSBC Private Bank acogió un cierto número de clientes que no estaban totalmente en regla con sus obligaciones fiscales. La cultura de aceptación y los estándares de buen comportamiento eran netamente más bajos que los de hoy", admite el banco.

Hervé Falciani, un informático franco-italiano que trabajaba en la sucursal ginebrina del HSBC, sustrajo información bancaria de miles de clientes y se la transmitió a las autoridades francesas, que, a su vez, la compartieron con otros países europeos.