El Espanyol se gana el derecho a ser alternativa al poder en Copa

Aunque su afición no desfalleció jamás, y tampoco el equipo, al Sevilla, esclavo del pésimo 3-1 de la ida, no le alcanzó con un golazo de Diogo para remontarle los cuartos al Espanyol, que regresa a unas semifinales de Copa nueve años después. En 2006, ganó el título. Está seguro el equipo de Sergio, estos días el equipo más intenso de la competición y con un jugador deslumbrante, Sergio García, que parece ir flotando por el campo.

Lastrado en ataque por las ausencias de Tremoulinas, Reyes y Mbia, que regresará pronto, para el Sevilla el partido fue durante un ejercicio de impotencia. Fue un equipo disciplinado en ataque e insistente y no puede decirse que no se lo dejase todo porque así fue, pero tiene pocas aristas creativas. A Denis le costó hacer el desequilibrio desde la banda izquierda y Banega entró tras el descanso. Así, sudó cada ocasión de gol y las más claras no se le aparecieron hasta la segunda mitad. Un tiro alto de Iborra y una volea impresionante de Gameiro. Fuera. Al Espanyol, sin embargo, se le vio cómodo en el partido. No se vio impresionado por el ambienty y se le vio cómodo. Sergio, además, supo descargar el juego. Especialmente hacia Lucas Vázquez, jugador en claro ascenso. Se asomó por Beto lo suficiente para tener preocupada a la defensa del Sevilla toda la noche.

La eliminatoria no tuvo apenas riesgos para la tropa de Sergio, que se ha ganado el derecho a ser considerado alternativa de poder en la Copa. Las formas en las que ha eliminado a Valencia y Sevilla, con autoridad, hacen presumir que también jugará una gran semifinal. El Espanyol ha querido la competiicón y su esfuerzo se agradece. Está a un paso de la gloria y la finalísima.

La imagen de los últimos minutos fue, de nuevo, Iago Aspas golpeando el banquillo. Frustrado por no tener minutos. Frustrado como el Sevilla, al que se le fue apagando el fuego y terminó cansado a pesar de que el Espanyol sí se echó atrás en los últimos minutos cuando vio cerca la meta. Casi al final, Diogo hizo un gol de categoría colcando el balón lejísimos de Pau. Efectivamente, aún quedaban 93 minutos porque Martínez Munuera dio tres de descuento. Los sevillistas amantes de las cábalas vieron una señal pero el Espanyol supo achicar el agua que le empezaba a entrar en la casa y cerró el pase en un partido competido que mereció el aplauso para los dos.