Stielike mete a Corea del Sur en una final 27 años después

Corea del Sur se clasificó para una final de la Copa de Asia 27 años después y tras vencer a Irak por 2-0 en un encuentro marcado por la intensidad de los surcoreanos. El billete a la gran final se puede considerar un éxito de Uli Stielike, el técnico alemán que llegó al cargo después del Mundial y ha logrado en pocos meses que los rojos vuelvan a pelear por el título continental tras tanto tiempo.

Guiados fantásticamente por el mediocentro del Swansea Ki Sung-Yueng, los surcoreanos demostraron que van a más en el torneo y pasaron literalmente por encima de su rival en los primeros compases del partido. Con Son Heung-Min más liberado y la presencia arriba de Lee Jung-Hyup, que no empezó como titular el torneo, el conjunto de Stielike fue acumulando ocasiones hasta que se adelanto pronto. Un fantástico centro de Kim Jin-Su con la izquierda lo cabeceó el propio Lee Jung-Hyup para hacer hincar la rodilla a los iraquíes.

En realidad Irak ya sabía que superar este escollo de semifinales implicaba una gesta como la de 2007, edición en la que salió campeón, pero ni aún así se arrugó. Quiso llegar arriba y por momentos puso en apuros al portero Kim Jin-Hyeon, el punto más débil sin duda de Corea del Sur. Pero no llegó el empate, al contrario, sino que fue el central Kim Young-Gwon quien aprovechó otro arreón surcoreano al principio del segundo tiempo para poner más tierra de por medio.

La solidez defensiva surcoreana y alguna salida peligrosa a la contra reinaron desde ahí hasta el final. Corea del Sur no ha encajado un solo gol en el torneo y vuelve a la final después de 27 años sin disputarla. Mérito enorme de esta buena generación a la que Uli Stielike ha conseguido meter de nuevo la energía que le hacía falta. Esta receta le ha hecho llegar a la final y también poder pelear por el título el próximo sábado.