Paco Jémez: “Al equipo le pongo un aprobado muy raspado”

¿Qué nota pondría al equipo una vez acabado el año?

Rayo

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—Un aprobado muy raspado. No estoy contento con lo que hemos hecho hasta ahora. Espero que en lo que queda de la primera vuelta mejoremos.

—¿Esta plantilla es la mejor de la década como se dice?

—Es un error porque no lo sabemos, aún no hemos demostrado nada. Había una plantilla hace dos años que logró la mejor clasificación histórica del Rayo, esos sí son los mejores y no de la última década, de todos los años en Primera.

—¿Qué le pide a 2015?

—No puedo conformarme con la salvación, debemos obligarnos a conseguir algo más. Si sólo conseguimos eso, será porque no somos capaces de más. De entrada no quiero que nadie se ponga límites.

—¿Europa?

—Todos los humildes quieren dar la campanada. Nosotros ya estuvimos a punto de ir y si lo conseguimos una vez, ¿por qué no otra?

—¿A los Reyes les pedirá algún fichaje?

—Nunca estamos cerrados ni a salidas ni a llegadas, pero no me preocupa. No tengo necesidades.

—Ha sorprendido Kakuta.

—Es muy vistoso, pero nos tiene que dar más en cuanto a número de goles, asistencias…

—Los goles son cosa de Bueno y de Baptistao en su mayoría.

—Por eso el partido de Copa en Mestalla fue una buena noticia. Ver cómo Embarba o Pozuelo se reivindicaron en esa faceta.

—Usted es muy sincero, ¿alguna vez se ha arrepentido?

—A lo mejor me puedo ahorrar comentarios, pero me traicionaría a mí mismo. Cuando lo digo es porque pienso que tengo razón. Intento ser franco porque las cosas directas, claras y concisas llegan antes y arreglan muchos problemas.

—También es solidario como demostró con Carmen...

—Estoy orgulloso de lo que ha hecho el club y el equipo. Ya tiene sus necesidades cubiertas, pero esperamos que las instituciones la ayuden. Al final es darle una buena vejez a una mujer que se lo ha ganado. Ella ha podido pasar una buena Navidad y eso es lo más importante.

—Otra cosa que valora es la disciplina.

—Tiene que ser así. Un equipo sin disciplina es un equipo muerto. Cuando todo el mundo cree que puede hacer lo que le da la gana, es un caos. Hay unas normas y debemos cumplirlas todos. A algunos se les ha acabado el crédito y están en el límite porque ellos mismos han hecho cosas para vivir así. Espero no tener que tomar ninguna determinación disciplinaria contra nadie.

—En Vallecas existe el ‘jemecismo’ cual religión...

—Tienen muy mal gusto (risas). Me encanta que haya gente que le guste ver al Rayo y cómo juega, aunque a veces se lleve algún sustillo. Nos ha costado que la gente asimile lo que hacemos en el campo y los riesgos que corremos, pero creo que ahora incluso lo necesitan.

—¿Es factible que Paco continúe el próximo curso?

—Sí, cabe esa posibilidad. Estamos todos trabajando para que así sea. No hay razones para decir ni que sí ni que no. Es un tema que se está tratando y sobre el que no quiero hablar.

—¿Pero se vería en el Rayo?

—Sí, de no ser así no le hubiera dado la posibilidad al club de renovar un año más. Acabo contrato y me podría ir donde me diera la gana. Aquí se me trata muy bien, se me respeta, se me deja trabajar… y quería agradecerle la confianza y todo lo que me ha dado.

—¿Qué mensaje le daría a la afición que está, como todas hoy por hoy, en el punto de mira?

—En el tiempo que llevo aquí, jamás he visto caer un objeto al campo, sacar a un árbitro escoltado, que un aficionado rival haya tenido ningún problema con nuestra hinchada, ningún altercado fuera del estadio… Nosotros sólo tenemos que seguir haciendo lo que hacemos. Yo llamo a todas las aficiones a que se escapen de los violentos y a que no los secunden. Nuestra afición es un ejemplo y, si no lo fuese, también lo diría. Sería el primero que renunciara a esos violentos y que haría todo lo posible para que el club los echara.

—Si hubiera mal clima no traería a su familia a Vallecas...

—Mis hijas cuando vienen se lo pasan bomba. La mayor quiere ver un partido con los Bukaneros. Además, la dejaría encantado. Con una seguridad y una tranquilidad total porque sé que cuidarían de ella como si fuese suya. Dejaría a mi familia meterse en el fondo con una tranquilidad y una seguridad absoluta.

—¿Cómo ha vivido usted la Navidad?

—Es una época del año que me encanta por la calidez en la gente y porque, al vivir fuera, puedo reencontrarme con los míos. Ha habido años que nos hemos juntado en casa veintimuchos. Era como en las bodas, pasaba gente y ni la conocías (risas).