Los ultras serán perseguidos igual que las bandas latinas

El Ministerio del Interior ha incluido a los ultras de los equipos de fútbol en su Plan de Actuación contra grupos organizados y violentos de carácter juvenil puesto en marcha en 2005. El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha decidido incluir estas medidas mediante una nueva instrucción que adelantó ayer Europa Press. Antes, la estrategia sólo estaba dirigida a perseguir a grupos neonazis o de extrema izquierda ajenos al deporte, y a bandas latinas como los Ñetas o los Latin King. Este Plan de Actuación ya fue reformado en 2009 de forma considerable, fue retocado en 2013 y este año se prorrogó su vigencia hasta diciembre. Ahora, desde el 1 de enero, será permanente para las fuerzas de seguridad del Estado como respuesta a la muerte de un ultra del Depor el pasado 30 de noviembre.

El argumento del Ministerio del Interior es tajante: “La experiencia ha corroborado que en muchos casos estos grupos tienen una clara caracterización ideológica y sus comportamientos violentos desbordan el ámbito puramente deportivo”. Y añade: “Aunque este tipo de grupos no estaban expresamente al margen del plan, no habían recibido hasta el momento la debida atención. Ahora quedarán incluidos siendo clasificados conforme a los criterios de ideología y nacionalidad de origen y de independencia o autonomía”. Los cuatro grupos que distingue el plan son: “grupos violentos antisistema de extrema derecha”, “grupos violentos antisistema de extrema izquierda”, “grupos violentos de origen latino” y “otros”.

Atentos. Para el Ministerio, los grupos a vigilar están compuestos por ultras de 14 a 30 años, como referencia, que presentan estructuras de cohesión y disciplina interna y cuyas actuaciones derivan en conductas, en algunas ocasiones, de carácter violento que generan alarma social”.

Por eso, Interior pondrá en funcionamiento otras medidas para luchar contra los violentos que vienen a completar las ya adoptadas por el CSD, LFP y FEF. Por un lado, la Policía y la Guardia Civil pondrán en común sus conocimientos para realizar un censo unificado de todos los grupos que tengan detectados, con indicación de su grado de actividad. Y por otro, se intensificará la presencia policial en los lugares habituales de reunión de estos grupos. Además, se controlarán las páginas web donde son activos y se impartirán programas de formación a la Policía para poder intercambiar información con otros países.