Córdoba 1 - Granada 1
El Granada se clasifica en un partido marcado por la niebla
Andone adelantó a los locales consiguiendo el empate en la eliminatoria, pero Mainz sentenció en la segunda parte. Márquez se fue expulsado.
Una densísima niebla impidió que los espectadores, que son los que más deberían importar en esto, pudieran ver en condiciones el pase del Granada a octavos de Copa. Es de suponer que los futbolistas no tenían problemas, no se entendería en otro caso que el catalán Álvarez Izquierdo permitiera la disputa un partido en el que Caparrós, muy discutido en Los Cármenes, salvó la cabeza con su fútbol más característico, el minimalista. El Córdoba fue mejor en el empate.
El Granada, que llevaba un 1-0 de la ida, estuvo muchísimo más efectivo. Los goles, marcados en la portería más oscurecida por la niebla, fueron casi anónimos en su concepción. El 1-0 lo marcó pronto Florin Andone, en su segundo encuentro con el primer equipo, y el empate, en los pocos minutos de algo de dominio del Granada, lo hizo Mainz con una polémica (protestaron mucho los cordobesistas) que las repeticiones no dejaron luego adivinar.
De sensación, que no percepción, fue el tempranero tanto que igualaba la eliminatoria para el Córdoba. Era además el primero en España de Florín Andone, un delantero rumano que el club blanquiverde ha fichado para su cantera y que, vista la falta de gol que sufre Djukic, bien puede haberse ganado más sitio en la élite.
Conservador en la pizarra, con cuatro pivotes repartidos por el campo, al Granada se le vio (lo que se podía ver) muy inferior a su rival en el acto inicial. Los activos López Silva, Abel y Fidel pusieron en aprietos a Oier mucho más de lo que lo hicieron los de Caparrós, que en el 27’ aumentó su audacia sacando a otro punta (Jhon) Córdoba.
Fue el españolista el primero en crear ocasiones de peligro para los visitantes, bien entrada ya la segunda mitad, en tibios minutos de dominio que los granadinistas transformaron en oro, cuando Mainz, en una jugada polémica, empataba el encuentro y obligaba al Córdoba a hacer dos goles más si quería pasar. Los mereció a ratos, esforzado y con llegadas, pero no logró ninguno de ellos aunque el Granada se quedara con uno menos tras una aparatosa entrada que le costó la tarjeta roja a Javi Márquez.