NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL MADRID

El caos de un madridista en silla de ruedas por Rabat

El cambio de sede del partido del Real Madrid les pilló embarcando en Barajas rumbo a Rabat. Verles correr y empujar la silla de ruedas por la estación Rabat impresiona.

Rabat
La familia Lorenzo Pericacho
La familia Lorenzo Pericacho Javier GandulDiario AS
AStv

La familia Lorenzo Pericacho se lleva la distinción de los cracks del partido antes de que se juegue el Real Madrid-Cruz Azul. Toño, de 32 años, tiene una discapacidad del 65% y va en silla de ruedas por las calles de Rabat. Un accidente de metro en 2009 le dejó sin piernas en la estación de Campamento. “Estaba esperando al metro cerca del andén y resulta que me desmayé. El conductor se puso en marcha sin mirar el retrovisor. Estoy sin piernas y sin indemnización porque los juzgados han eximido de culpa a Metro”, explica. Apañárselas por Marruecos no es mucho más diferente que hacerlo por España según ellos. “En Europa y los países nórdicos sí existe un respeto absoluto a la figura del discapacitado. A nadie se le ocurre aparcar su coche en una plaza reservada, por ejemplo”, señala Susana, su hermana de 34 años, que le acompaña en la aventura del Mundialito. También viaja Aquilino, su padre, de 65 años, que es socio del club desde 1967, un año después de ganar la Sexta Copa de Europa .

Son abonados del Madrid y empezaron a preparar su viaje hace tres meses. Vienen desde Coslada. Se enteraron del cambio de sede nada más subirse al avión de Ryanair el domingo que les llevaba a Rabat. “Fue una faena y una gran confusión”, cuenta Aquilino. Al caos había que sumar los preparativos y organización que requiere una persona con una discapacidad. “Ni siquiera tenemos todavía en mano nuestra entrada porque no se la han dado al club porque son entradas especiales”, dice Toño. Verles correr y empujar la silla de ruedas por la estación Rabat Ville entre un tumulto de marroquíes, ataviados con bufandas madridistas, para coger un tren impresiona. Salen en el de las 7:45 horas para llegar con mucha antelación al partido de Marrakech. “Llegaremos a las 12:30, pero todavía tenemos que ir a por nuestras entradas e ir al estadio. Mañana nos tenemos que volver a Rabat porque no pudimos coger un hotel adaptado para discapacitados en Marrakech. El jueves volveremos desde Rabat a Marrakech para ver la final”, subraya Susana. Su pasión, la del Real Madrid, no tiene límites. Ya estuvieron en Lisboa y en las dos copas de Valencia. No pilotan el avión del Real Madrid ni tienen el eco mediático del comandante Bonet de Iberia, pero también dan suerte.

Su futbolista favorito es Sergio Ramos. Pero no por aquel gol en el minuto 93’. Desde mucho antes. Poco después de sufrir aquel accidente, el futbolista de Camas llamó a la puerta de la habitación del Hospital San Carlos donde se encontraba Toño: “¡Qué pasa Antonio!”. Sin palabras. Sin dolor y sólo ilusión en sus ojos. “Me dio las gracias por el apoyo que le damos y que sabía que estaba pasando un momento difícil porque él tenía un compañero que perdió una pierna también en un accidente, Darío Silva. Su visita me ayudó mucho como la de Irene Villa”, señala Toño. Esa ilusión de saber que todo en la vida es posible le ha traído a Marruecos. Ni el cambio de sede de la FIFA ni el caos le echan para atrás. Toño sigue cantando: “¡Hala Madrid! ¡Y nada más!”.