Carlos Pérez: “Me esperaba bastante peor nivel en Tailandia”

—No es usted jugador profesional retirado, sino alguien que empezó de cero estudiando para ser entrenador, además como uno de los mejores de su promoción...

—Los exfutbolistas tienen una serie de facilidades, es así. Yo tuve que hacer el curso en tres años, mientras estudiaba, invirtiendo mucho tiempo.

—El mejor de su promoción... ¡Y ha acabado en Tailandia!

—Pues sí. Después de muchos años trabajando en la cantera del Atlético y del Real Madrid y tras regresar a Asturias me llamó Alejandro Menéndez, con el que había coincidido en el Madrid, para ofrecerme la posibilidad de irme con él a Tailandia. Era una oportunidad muy buena para mí y no lo dudé.

—¿Y cómo va la cosa?

—Llegamos al primer equipo, lo ganamos todo y Alejandro se volvió. A mí y a David Deogracia, mi compañero, nos dijeron que nos encargáramos de la cantera. Querían reforzar el trabajo de base porque cada vez son más caros los jugadores tailandeses. La solución es sacar chicos de abajo. El año pasado subimos a tres al primer equipo. Este año han empezado la pretemporada seis, con vistas de quedarse fijos otros dos.

—¿El fútbol en Tailandia es fútbol como aquí o realmente no tiene mucho que ver?

—Pues yo me lo esperaba bastante peor, la verdad. Es todo mucho más lento, pero por lo general son jugadores muy técnicos. Hay algunos jóvenes tailandeses que si estuvieran en España podrían jugar en el fútbol base de grandes equipos. Lo que cambia mucho son las costumbres. Ahí si que existen problemas. Por ejemplo en la alimentación. Su alimentación no es la de un futbolista de élite, ni mucho menos.

—¿Además de al entrenador español y al futbolista español, también se valora en el extranjero al formador español?

—Sin duda. el fútbol base de España está de moda. Hay varios compañeros que trabajan allí en equipos de cantera. El entrenador de formación, además del entrenador profesional, está muy bien visto. Influyen los éxitos en categorías inferiores de la Selección y también que hay mucho entrenador joven español que ahora está dispuesto a irse. Lo único malo es que estamos muy lejos.

—Lejos pero triunfando.

—Y en buenas condiciones. En el Buriram tenemos facilidades que en España sólo hay en grandes clubes. Hay 150 niños en la residencia. Para ellos, que en muchos casos son pobres, es una salida.

—¿Volverá?

—Lo pienso y quiero, pero de momento el trabajo está allí.