El Villarreal, con la mente en Chipre y una oreja en Alemania

Recordémoslo de primeras para olvidarlo cuanto antes: el Villarreal podría estar a eso de las nueve en la siguiente fase de la Europa League hasta perdiendo. Es una posibilidad, pero el peor de los escenarios. Agotar esa vía supondría vivir al límite. Y no conviene. Que sólo sea un comodín. El Submarino afronta la final de Chipre como segundo de grupo (ocho puntos) y ante un rival ya eliminado. Ganar es la obsesión porque si lo hace, pasaría matemáticamente. Sin favores. A 2.810 kilómetros, el líder (Borussia, 9 puntos) recibe al tercero, el Zúrich, que tiene 7 puntos y ganó al Villarreal en su casa. Una machada suiza podría complicar las cosas siempre que no se hagan los deberes. Algo impronunciable en la expedición amarilla.

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Más cambios. Se espera que Marcelino haga menos rotaciones de las habituales. El objetivo así lo exige y las bajas, numerosas, lo desaconsejan. Ayer cayó otro, Gabriel (es duda), por un problema en el aductor, así que Pina (como en Cádiz) o Rukavina serán centrales. Asenjo será titular con Juan Carlos renqueante. Atrás, entrará Dorado por Víctor Ruiz. Los laterales, en días así, son irremplazables. En el medio, con Bruno intocable, se abren las puertas para Jonathan (últimamente en banda) y para Moi o Espinosa (por desborde). Como mucho. Y arriba, sin Gio, Gerard relevará a Vietto. Tampoco hay más. El Apollon no es una bestia (156º en el ranking UEFA) pero querrá despedirse como empezó, además de olvidarse de las cuatro derrotas consecutivas, del 4-0 de la ida y de la última derrota liguera que le aleja del líder en Chipre. Lanzado en Liga, el Villarreal quiere pasar la Navidad mirando el mapa de Europa.