Albacete 1 - Levante 1
El Adoua da ventaja al Levante para la vuelta en el Ciutat
Martins falló un penalti en el 29'. El Albacete fue mejor en el Carlos Belmonte. La úlitma ocasión fue de Barral: su cabezazo lo detuvo Rivas.
Por momentos, durante muchos minutos, no hubo diferencia de categoría entre el Albacete y el Levante. De hecho, si un equipo demostró en más fases del encuentro algo más que el otro, ése fue el local. Solo cuando el físico empezó a hacer mella en los de Sampedro, el Levante se metió de lleno en la eliminatoria con un gol de El Adoua, que por aquello de jugarse la vuelta en Valencia le da cierta ventaja. Pero, en cuanto a fútbol, triste imagen la ofrecida por los granotas, la verdad.
El Albacete salió con tal ímpetu al partido que a los cinco minutos ya iba por delante en el marcador. Keko, uno de los más activos entre los manchegos, colgó un buen centro en el área, el esférico lo repelió sin contundencia Jesús y el rechace, tal como le venía, lo convirtió en gol Moutinho, otro de los pupilos de Sampedro que se gustó y mareó a Pedro López principalmente durante la primera mitad.
El Levante no espabiló pese al jarro de agua fría y el Albacete, alternando sus ataques por ambas bandas, ronroneaba en torno a la portería de Jesús, coqueteando con un segundo gol que les hubiera permitido soñar con cotas mayores. De repente, cuando ya se veía que la línea de cinco defensas de los granotas les privaba de tener creatividad en la medular, Xumetra pisó área en una acción aislada de ataque de los suyos y Noguerol le blocó de forma inocente. Penalti.
Parecía que era la ocasión para que Rafael Martins se estrenara como goleador azulgrana. Pero ni con esas. Diego Ribas le acertó su lanzamiento y con una soberbia estirada mantuvo al Albacete por delante en el marcador. Y así, tras otra buena ocasión de Juanfran y un balón en línea de gol al que no llegó Chumbi, se llegó al descanso.
Tras el descanso, el Levante seguía sin tener ideas. Pero sí más físico. Los locales les fueron entregando el balón a los visitantes, pero tampoco éstos sabían muy bien qué hacer con él. El que más fino estuvo con el esférico fue Gavilán, primero para sacarse un disparo potente desde la frontal al que respondió bien Diego Ribas, y después para colocar un preciso centro a la cabeza de El Adoua con el que el Levante logró el empate y llamó a las puertas de los octavos, las cuales se le habrían abierto de par en par si Diego Ribas, a la postre el mejor de la noche, no hubiese impedido que Barral dejara en nada el esfuerzo del Albacete.