Basilea - Real Madrid
‘La Fábrica’ del Basilea
De allí salieron ultimamente talentos como Rakitic y Shaquiri. En su plantilla hay siete canteranos y sustentan a Suiza. El Campus para las categorías inferiores costó 19 millones.
El Basilea ficha sin piedad en el fútbol suizo, pero su cantera es la nueva punta de lanza del fútbol helvético. Ha iniciado en este siglo un ambicioso plan formativo del que ha emergido una considerable nómina de futbolistas de élite. Allí se descubrieron Rakitic (Barça), Shaqiri (Bayern), Kuzmanovic (Inter), Inler (Nápoles), Granit Xhaka (B. Monchengladbach), Klose (Wolfsburgo) y Caicedo (Espanyol), por citar algunos. También es el sustento de la selección y del propio Basilea. En la plantilla que se medirá hoy a los de Ancelotti, hay siete futbolistas salidos de la factoría rotblau: los defensas Degen (que ha vuelto tras ser vendido al Dortmund en 2005), Arlind y Albian Ajeti y Taulant Xhaka (hermano de Granit), los centrocampistas Frei y Aliji, y el capitán Marco Streller.
El orgullo del club es su flamante Campus para las categorías inferiores, que terminó de construirse en agosto del año pasado. Colindante a unos terrenos deportivos de la Universidad y comunicado con el St Jakob Stadium por una línea recta de 500 metros, alberga cinco campos de fútbol. Hoy jugará allí el Juvenil madridista la UEFA Youth League.
Una potente inversión, 19 millones de euros, que dirige como director técnico un exjugador del club (Stefano Ceccaroni) pero sólo posible por la insistencia de una dama. Si preguntas en Basilea, todos la conocen: se trata de Gigi Oeri, la esposa del heredero del imperio farmacéutico Roche... que está radicado en Basilea. En 1999 se enamoró del club y no paró (fue presidenta de 2006 a 2012) hasta conseguir los fondos para dotarlo de una ciudad deportiva. Allí conviven equipos desde categoría Sub-21 a prebenjamines y el equipo femenino. También han adquirido dos inmuebles para crear una residencia con capacidad para 18 futbolistas. La Fundación del club, sustentada por Oeri, alivia al Basilea del coste de mantener la infraestructura sufragando los 2,5 millones de euros anuales de su mantenimiento.
El edificio principal puede considerarse incluso una pequeña extravagancia arquitectónica. Refleja, con agujeros en sus fachadas, la posición final en la tabla del Basilea desde la creación de la liga suiza. Un poderío económico inigualable para el resto de clubes suizos. La última pepita de oro llega de Camerún. Es Embolo. Su mamá, Germaine, dejó Yaoundé y se instaló en Basilea en 2004 con su hijo. La semana pasada estampó su firma en el nuevo contrato profesional de Embolo, que al ser aún menor de edad (tiene 17 años) no puede hacerlo legalmente por sí mismo. “Está pagado como un jugador importante y tiene que serlo”, comentó a la prensa suiza el director deportivo del club, Georg Heitz. Al chico le acechan clubes extranjeros.
Es el último exponente de varias camadas que han dejado repletas las arcas del Basilea, más de 35 millones en traspasos. Rakitic se fue al Schalke en 2007 por cinco millones. Xherdan Shaqiri saltó por 11,5 millones al Bayern en 2012. También hacia la Bundesliga (al Monchengladbach) hizo las maletas Granit Xhaka por 8,5 millones. Al espanyolista Caicedo se lo ofrecieron en 2006, procedente del modesto Rocafuerte. En dos años, lo habían traspasado al City por 6,8 millones de euros. El internacional serbio Kuzmanovic se marchó a la Fiorentina por tres ‘kilos’. Otras veces no les ha salido tan bien. Inler estuvo de los 18 a los 20 años y se fue al Aarau gratis en 2004, por la puerta de atrás. Hoy en día triunfa en el Nápoles y ha sido 78 veces internacional con Suiza.