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Recuerdo sentido de un crack del Madrid

“Juanito es todo un símbolo, un gran mito en el Olimpo blanco”

La Fundación Juanito Maravilla, siempre activa, homenajeó ayer al mítico ‘7’ del Real Madrid. Polémica: “Los errores que cometió los cometió para él; era todo corazón”

Miembros de la Fundación Juanito Maravilla y veteranos del Madrid recordaron ayer la figura de Juanito en su 60º aniversario.
Miembros de la Fundación Juanito Maravilla y veteranos del Madrid recordaron ayer la figura de Juanito en su 60º aniversario. Javier Gandul
JOSE MIGUEL BUERA / LAURA GUERRERO

La Fundación Juanito Maravilla, siempre activa, aprovechó que hace cuatro días que el mítico ‘7’ habría cumplido 60 años para organizar un encuentro en su memoria. Junto a los propios miembros de la Fundación, encabezados por Pepe Platas, su presidente, y Segundo Rubio, acuden futbolistas que fueron compañeros suyos. Hablando de mitos, el primero en aparecer es Santillana. Le acompaña José Luis Sánchez Barrios, recordado extremo izquierdo. Y le siguen Buyo y Geni, éste último ahora entrenador de los veteranos del Madrid que tuvo a Juanito como espejo antes de hacer carrera en el Burgos y el Jaén: “Yo salía de la cantera cuando él terminaba en el Madrid. Era importante para todos nosotros. Un genio en el que fijarse. Y todo corazón: era como se le veía desde fuera...”. Los cuatro hacen corrillo. Sánchez Barrios: “Yo puedo hablar ‘del antes’ de Juanito en el Madrid. Cuando él llegó del Burgos yo me marchaba...”. Siempre, cuando se juntan, hay buen humor y vuelan los cuchillos. Buyo: “Sí, es cuando a él (por Sánchez Barrios) lo despiden”. Y hay respuesta del aludido: “¡Ojo, que dejé 20 millones de pesetas en el Madrid, que era un dinero para la época”.

El que más coincidió con Juanito y formó una dupla muy recordada con él es Santillana: “Él venía de ser una sensación en el Burgos (76-77). Asombró a España. Era un chico majo, con mucho corazón y con poca cabeza a veces. Y un futbolista extraordinario. Uno de los más importantes de su tiempo”.

Carismático. Cuando Buyo (1986) llegó al Madrid, Juanito ya era un peso pesado: “Tenía un gran carisma. Se desvivía por el grupo (cuando no hay grabadoras de por medio surgen anécdotas, como cuando ayudó económicamente a un empleado del club que había caído en la droga)”. Razonamiento que apuntala Santillana: “Se fue siendo uno de los pesos pesados que negociaba con la directiva y gritaba a sus compañeros en el vestuario. Y eso hay que ganárselo con el tiempo. Él se lo ganó dentro y fuera del campo. Fuera le he visto vaciarse la cartera con una señora que estaba pidiendo en la calle. Y luego su fútbol... Si no hubiera muerto tan joven, también habría sido un mito del Madrid”. Y los cuatro coinciden en una cosa: “Los errores que cometió los cometió para él mismo, esos que él achacaba a su otro yo”. ¿Qué queda entonces para la historia? “Es un símbolo, cada minuto siete se le recuerda en el Bernabéu, y se hace de corazón, y miren la de jugadores de calidad que han pasado por ese estadio. Entrar en la historia del club así lo dice todo. Está en el Olimpo del Madrid. Era campechano y tenía esa proximidad que encandilaba. Y esa ambición que ahora se reconoce en Cristiano o Ramos”.

Por último, Sánchez Barrios quiere dejar patente la otra cara de Juanito, la solidaria: “El sindicato de futbolistas nace de una reunión de Juanito con Manolo Esteo y José Luis Carceller. El jugador de fútbol carecía de seguridad social y estaba retenido por los clubes de por vida. Y Juan fue sensible y empezó a convocar gente, y ese es el origen...”.