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SEVILLA FC 3-STANDARD 1

Reyes saca el violín y el Sevilla ya avista la clasificación

Antes de lesionarse, el utrerano estuvo en figura y marcó un golazo. Gameiro al principio y Bacca al final sentenciaron al Standard. Los de Emery, líderes de grupo.

Actualizado a
Reyes celebra su gol.
Reyes celebra su gol.P.GARCIAEFE

Va el Sevilla a trompicones en la Europa League, sin redondear ninguna noche grande para afianzar su condición de campeón, pero sin dar patinazos. Relativamente fiable. Esta vez se apoyó en Reyes, al que por ser jueves bajaron a ver las musas. José Antonio firmó una parte primorosa. Lejos esta vez de la leyenda que le persigue, fue el futbolista más interesado en el partido y, con el brazalete de capitán del Sevilla en el brazo, marcó un golazo en una jugada imposible de paredes, disparó al palo en una falta directa, dio un pase con catalejo a Diogo que no fue gol de milagro e impuso el ritmo en un partido que estuvo en el filo de abrir una peligrosa grieta para el Sevilla cuando empató Mpoku.

Estuvo el Sevilla con menos brío de lo habitual. Descafeinado en los duelos individuales, permitió que el Standard, equipo flojísimo, se pusiese a su nivel. Al menos en la primera parte. El pequeño Louis incordió a Pareja y Carriço, menos ayudados esta vez por los mediocentros. Tampoco hubo continuidad en el juego ofensivo. Denis, habitual motor, llegó más que organizó. Y Deulofeu, una de cal y una de arena, juega por impulsos y deja gestos que no le van a ayudar dentro del vestuario.

Lo que no le falla al Sevilla es la estrategia, que como en tantas otras noches europeas abrió el partido con un toque de Mbia que remachó Gameiro, al que Emery da más y más minutos. El francés ofrece movilidad y olfato. Huele el fútbol, pero le falta cierta pausa. O toque. Está ante su año. A pesar de su inferioridad, el Standard ofreció más cosas que en Lieja y se creyó capacitado para sacar algo de Nervión. Hay alguna duda más en el Sevilla, al que no le sobró nada y además perdió por el camino a Reyes, lesionado después del derroche de la primera parte, y Beto después. El asunto de las lesiones musculares en el portugués es preocupante.

El Sevilla, eso sí, acabó el partido un plano por encima físicamente de su rival. Ahí emergieron Mbia y Krychowiak y resultaron esenciales los cambios. Vitolo y Bacca llegaron cuanto y como quisieron al área del Standard, que en el último tramo del partido sí sacó bandera blanca y asumió la derrota, certificada por el gol de Bacca, que sin estar de dulce es una garantía. Acabó entre cánticos Nervión, que se siente especialmente feliz en la competición, donde se siente con un halo mágico de inviolabilidad. Intocable en la noche que Reyes sacó el violín.