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ZÚRICH 3 -VILLARREAL 2

Un Villarreal sin defensa se complica en diez minutos locos

El Submarino se adelantó dos veces con goles de Pina y Gerard pero Etoundi y Djimsiti empataron y Chikhaoui hizo el 3-2 en el 29' y el marcador ya no se movió.

Franck Etoundi celebra el 1-1 del Zurich.
Franck Etoundi celebra el 1-1 del Zurich.FABRICE COFFRINIAFP
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El Villarreal no tuvo defensa en Zúrich. Por eso desaprovechó con sus fallos dos ventajas. Por eso perdió la oportunidad de sellar el pase a dieciseisavos en un partido loco con cinco goles en diez minutos. Un caos que habla muy bien de los ataques y obliga a revisar el papel de los centrales. Por eso también compromete su liderato: ahora es segundo. Y por eso encadena ya tres derrotas entre Liga y Europa que han borrado la sonrisa de su técnico y que baja de las nubes al personal.

Al equipo de Marcelino le costó mandar desde el inicio con nueve suplentes. Sin embargo, su exquisito potencial en campo contrario le puso pronto las cosas de cara. Pina, en un córner lanzado por Espinosa, hizo el primero. Suplente crónico, el manchego estaba radiante. Poco le duró la alegría. Juan Carlos regaló el empate dos minutos después con una salida en falso que recalcó su inactividad. El Villarreal se sobrepuso al mazazo con madurez y en el 24’ Gerard devolvió la ventaja con un gran zapatazo tan potente como el que ya había soltado antes contra el larguero. Lástima que a cada acierto arriba le seguía una cantada atrás. Otra vez el portero equilibró un partido plagado de errores. Un saque de una falta lejana encontró la cabeza de Djimsiti entre la parálisis general. El central, que no llegó a tocar el balón, confundió a Juan Carlos, hizo inútil su tardía estirada y acabó por señalarle. Marcelino echaba humo.

El Zúrich, ordenado y voluntarioso, se vino arriba casi sin creerlo y en el 29’ volvió a sonrojar a una lenta defensa en la que Víctor Ruiz siempre sale en las fotos de los regalos. Esta vez llegó tarde al corte por una lenta cobertura mientras que Gabriel hizo lo propio con su marca en el centro. Chikhaoui no perdonó. El Submarino estaba tocado. Y casi hundido cuando el colegiado no señaló un penalti por agarrón a Espinosa.

Marcelino intentó mover el banquillo tras el descanso en busca de soluciones a la vez que el Zúrich reestructuraba su 3-5-2 en una defensa de balonmano que complicó mucho las cosas. Aun así, Espinosa, Pina (solo) y Rukavina (al palo) pudieron empatar. No era el día. Cuando por fin la defensa del Villarreal decidió estar a la altura, fueron los delanteros los que bajaron el nivel. Ni Gio, atascado, ni Gerard, cansado, ni Vietto, acelerado, lograron encontrar una fisura en un rival que estaba muerto y ahora sueña. El Borussia ya es líder a falta de dos jornadas y el Villarreal baja un escalón y es segundo. Nada está seguro por tanto. Y tampoco nada está perdido. Las opciones de seguir adelante están intactas.