Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

COMUNICACIÓN

La 2 emite el ‘Urtain’ de Animalario en ‘Estudio 1’

Será mañana, miércoles, desde las 00:00: narra la vida del púgil hacia atrás y en doce asaltos. Roberto Álamo la protagoniza y está soberbio, en una actuación inolvidable.

Madrid
Roberto Álamo, caracterizado como 'Urtain' en la grabación de 'Estudio 1' en TVE.
Rafa Aparicio

Hay papeles que acompañan a un actor por siempre. Eso, quizá, le pase a Roberto Álamo (Madrid, 1970) con Urtain. Su interpretación del campeón de los pesos pesados en la obra de Juan Cavestany es sublime, de esas que, una vez has visto, ya no se te van de la cabeza jamás. Su Urtain arrasó en los Premios Max de 2010. Nueve de doce. Mejor espectáculo, director y actor entre ellos. Ese año, TVE filmó la obra para su Estudio 1, programa de teatro en televisión, que mañana miércoles volverá a emitirla a las 00:00 horas.

Urtain es la vida de José Manuel Ibar Azpiazu contada hacia atrás y en doce asaltos. El comienzo es el suicidio del púgil en 1992, su salto al vacío desde un décimo piso en la calle Fermín Caballero de Madrid. El final, es el principio, cuando levantaba piedras en Cestona, ajeno al ruido de la fama. El poso que dejan sus 90 minutos es tremendo. Como una paliza emocional.

Preparación. Roberto Álamo, Goya en 2014 por La gran familia española, tiene la culpa. Actor excepcional, lo borda. Su Urtain noquea. Y eso que le llegó de sopetón: “Fue a la salida de una función de Animalario, fui con Andres Lima al bar de enfrente y me dijo. ‘Vamos a hacer algo sobre Urtain, el boxeador. ¿Quieres ser Urtain?”, cuenta Álamo, quien estará hasta el 26 de octubre en los Teatros del Canal con Lluvia Constante, obra en la que, por cierto, hace otra interpretación sublime, junto a Sergio Peris Mencheta.

Para Urtain, hace seis años, perdió 14 kilos y se entrenó durante meses con Jero García en su gimnasio, La escuela boxeo. “Quería subir al escenario a un boxeador. No a un actor que boxea”. Y lo logró. La crítica fue unánime. Él sin embargo dice que lo que más difícil fue interpretar la fragilidad de su alma: “Urtain era un hombre de manos grandes y corazón aún más. Como boxeador no tenía defensa. Sólo fuerza bruta. En la vida le pasaba igual”. Pero eso también lo logra. Cada vez que el Urtain de Álamo está en el centro de la escena todo lo demás se apaga.

El escenario es un ring. Luz baja. Personajes que se saludan a golpes. Hay aplausos, no caricias. El sudor vuela en cada puñetazo. Alberto San Juan, Raúl Arévalo, Fani de los Santos, Luis Callejo y Luz Valdenebro completan el reparto de esta obra que resulta hipnótica. Lo revela una anécdota que cuenta Álamo: “Cuando ensayábamos para su estreno en el teatro, en 2008, veíamos cómo las señoras de la limpieza no paraban de llorar”. Ahí pensaron que podían hacer algo grande. Y lo clavaron. Porque, seis años después, su Urtain es infinito.