COMUNICACIÓN
Villar: "Este libro rellena las lagunas que tiene la historia"
‘Memorias en blanco y negro: historias del deporte en los tiempos del NO-DO’ fue presentado por el director de AS, acompañado por Ángel M. Villar e Iñaki Gabilondo.
Estas historias representan la infancia de una época en color que por la tele se veía en blanco y negro”. Así definió Alfredo Relaño lo que es Memorias en blanco y negro: historias del deporte en los tiempos del NO-DO, su último libro. 318 páginas capaces de transportarte en el tiempo, en un viaje por los acontecimientos deportivos que dejaron huella, desde los años 40 a la Transición, y que Relaño relata desde hace dos años, lunes a lunes, en El País. Ahora la editorial Córner las compila en este volumen que el director de AS presentó ayer, en la FNAC de Callao, apadrinado por Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, e Iñaki Gabilondo. Entre el público, muchos amigos (Bernardo Salazar, Juan Cruz, Carlos Toro, Carlos Martínez, Segurola, Daimiel, Mr. Chip...) y también muchos de los protagonistas de esas historias (Adelardo, Ufarte, Ovejero, Miguel Ors, Nieto...).
“El fútbol va más allá de quién gana o marca y este libro lo que refleja son los porqués. Despeja dudas. Llena las lagunas de la historia”, aseguró Villar. Y, de paso, añadió su propio epílogo al relato que protagoniza, Villar le da un cate a Cruyff que le sale caro, el penúltimo del libro. “Lo que cuenta es cierto”. Que le dio una bofetada a Cruyff, en una visita del Barça a San Mamés en la 1973-74. “Pero hay algo que no se sabe. Y es que me salió carísima: la FEF me metió una multa de 100.000 pesetas y el Athletic otras 100.000. Cuando fui a cobrar ese mes mi salario era cero y, encima, aún tenía que pagar...”. También desveló el por qué del tortazo: “Antes, Cruyff me hizo una entrada que me partió la espinillera. Entonces me alteré y le agredí”.
Di Stéfano. “Mi padre me hizo socio de la Real al día siguiente de bautizarme. Este libro habla de mí”, destacó Iñaki Gabilondo. “Nos acerca a nuestra condición de forofos, a los recuerdos indelebles”, añadió. Y en esos recuerdos, un nombre propio: Di Stéfano. “Para mí, era un Dios porque al Madrid no le podíamos arrugar en Atocha: ha sido el jugador más grande de todos los tiempos y todos los que dan otro nombre es porque no le han visto jugar”, sentenció.
Cuando Relaño tomó la palabra lo primero que hizo fue agradecer “profundamente” a todos su asistencia, en especial a Pepe Sámano, que fue quien le propuso escribir para El País la serie de la que bebe el libro. “Ha sido el más cómodo de escribir de todos porque ya lo tenía escrito”, bromeó, aunque en realidad ha apuntalado las historias publicadas ya con otras inéditas, sobre todo de boxeo. Y, la verdad, resulta una delicia leer aquel fútbol, y aquel ciclismo, y aquel deporte, en sus relatos, tan lúcidos, precisos y didácticos. “Muy periodísticos”, apuntó Juan Cruz. Y Alfredo confesó que todo se lo debe a su hermano: “Fue él quien me enseñó a hablar de fútbol con respeto cuando era niño”.
Algunas historias son de cuando el fútbol aún no tenía dorsales. Otras de cuando el televisor ya tenía color. Pero todas se unen a unos nombres que suenan eternos, que lo son. A Di Stéfano, Kubala, Bahamontes y todos aquellos que cimentan el deporte que hoy conocemos y sobre los que Alfredo Relaño escribe como nadie.
Son 76 relatos ordenados cronológicamente en 318 páginas
Memorias en blanco y negro: historias del deporte en los tiempos del NO-DO son 318 páginas y 76 relatos llenos de nombres propios e historias del deporte. La primera es El caso Antúnez, el jugador que escindió para siempre a Betis y Sevilla. La última, La peluca de Tati Valdés. Ordenadas cronológicamente, de ayer a hoy, las remotas son las que más cuestan. Algunas están en la cabeza del director AS. Otras requieren hemeroteca. Todas merecen la pena. Los hitos de Bahamontes, la fuga de Coque con Lola Flores o Urtain. Un nombre se repite a menudo: el de Di Stéfano. De su fichaje a su secuestro, la primera vez que aparece se produce un silencio, real y literario, que se agarra al corazón. Manda el fútbol, pero también hay otros “héroes solitarios”, como definió Relaño, a Nieto o a Santana, primeros de otros deportes que no eran fútbol, y cuyas historias también están en este libro.