DINAMARCA 0 - PORTUGAL 1
Cristiano Ronaldo está imparable
Portugal ganó con un golazo suyo de cabeza en el minuto 96. El delantero ya lleva 18 goles en lo que va de temporada sumando los 17 del Real Madrid y este con su selección.
Portugal es Cristiano y diez más. Él lo sabe y tira del equipo, con libertad de movimientos y de intentar lo que quiera con el balón. Y suele funcionar. Sin él, su selección cayó 0-1 ante Albania hace un mes. Con Cristiano y gracias a él, ganó Portugal, con uno de sus vuelos cada vez más habituales, elevándose más que todos y cabeceando a la red. En el minuto 96, para más épica si cabe. Portugal está viva gracias a su crack, que da otro paso hacia el Balón de Oro. Lleva 18 goles en lo que va de temporada sumando los 17 del Real Madrid y éste con su selección.
RESUMEN
Dinamarca: Schmeichel; Jacobsen, Kjaer, Agger, Boilesen (S. Poulsen 58'); Hojbjerg, Kvist; Vibe (Bech 46'), Eriksen (Kahlenberg 84'), Krohn-Dehli; y Bendtner.
Portugal: Rui Patricio; Cédric, Carvalho, Pepe, Eliseu; Moutinho, William Carvalho, Tiago (Quaresma 84'); Nani (Joao Mario 68'), Danny (Éder 77') y Cristiano.
Gol: 0-1 (96'+): Cristiano.
Árbitro: Felix Brych, alemán. Amonestó a Cristiano (91'+).
Estadio: Parken (Copenhague).
Cristiano jugó de delantero junto a Nani y Danny, alternando posiciones, y por él pasaron todas las acciones de ataque de Portugal. Sin embargo, como su equipo y como el partido en general, fue de más a menos en el Parken de Copenhague, aunque se reservó lo mejor para el final. Donde todos veían el 0-0, él puso la puntilla.
El madridista empezó con ganas, estaba fino, pero le faltó puntería. También combinó bien con Nani, al que le dio dos buenas asistencias en la primera mitad, pero no fue suficiente para marcar. Con todo, la mejor ocasión antes del descanso fue danesa: Kronh-Delhi chutó con el interior y la rosca llevó el balón al poste.
La segunda parte arrancó con otra ocasión de Cristiano, que perdonó solo ante Schmeichel. El resto fue muy de 0-0, casi sin ocasiones de gol bajo el diluvio de Copenhague. Partido feo, más tensión que fútbol, mucho miedo a perder. Y llegó el tiempo añadido y la jugada decisiva: balón a la derecha, centro al área de Quaresma y Cristiano, poderoso en el salto, cabecea a la red. Gol de oro y bombona de oxígeno para Portugal.