Eslovaquia está mejor que Chequia tras el divorcio del 93

A la escisión de la antigua Checoslovaquia en dos nuevas naciones se la conoce como el divorcio de terciopelo. En 1993, sin ningún tipo de conflicto, Checoslovaquia se dividió en República Checa por un lado y Eslovaquia por otro. Incluso el himno oficial se partió de forma salomónica, la mitad para cada uno.

En principio, la disolución tuvo un impacto negativo en las dos economías. Por ejemplo, el PIB per cápita, que alcanzó en 1987 los 3.097 euros por habitante y año, era de 3.200 ! en Chequia en 1993, el año de la separación, pero de sólo 2.100 ! en Eslovaquia. La media de los dos países se situaría en 2.650 !. O sea, peor que antes del divorcio.

La economía no recupería el nivel de antes de la ruptura hasta 1995. Y desde entonces, Eslovaquia, que partía más pobre, ha crecido más que sus vecinos. Según datos del FMI, la República Checa ocupaba en 2012 el puesto número 40 mundial en PIB per cápita con 15.393 !, mientras que Eslovaquia era la número 42, con 13.681 !. Si tomáramos el PIB de los dos países como un todo, la relación en 1995 era del 75% para Chequia y el 25% para Eslovaquia. En 2014 el porcentaje había subido para Eslovaquia al 33% y había bajado para Chequia al 67%.

Los dos países entraron en la Unión Europea en 2004, pero Eslovaquia ha modernizado más su economía y forma parte del euro desde 2009. Sin embargo, la República Checa no lo hará antes de 2019. Gracias, sobre todo, a que sus salarios son más bajos que en Europa occidental, parte de la industria automovilística se ha trasladado a Eslovaquia, que es el mayor productor mundial de coches en relación a su población: fabrica 171 por cada 1.000 habitantes.

En fútbol, la separación ha perjudicado más a Eslovaquia, nº 40 del ránking FIFA (Chequia es la 28ª), que sólo ha acudido a un gran torneo, el Mundial de 2010. Chequia no se pierde una Eurocopa desde 1996 y fue al Mundial de 2006.