La postura de Francia
Los equipos catalanes tampoco podrían jugar la Liga francesa
Francia no se pronuncia pero es totalmente contraria a cualquier tipo de secesión. El Mónaco juega en la Ligue 1 y su primer ministro está nombrado por Francia.
La posibilidad de que los clubes catalanes jugasen en la Ligue 1 (Liga francesa) siempre les ha parecido un buen refugio a los separatistas. Y un argumento de peso frente al temor de los aficionados al fútbol catalanes de ver al Barcelona y al Espanyol sin sitio en un campeonato competitivo.
Sin embargo, resultaría totalmente imposible que Francia aceptase tal incursión en su competición liguera. Como país amigo, la República Francesa no se pronuncia oficialmente sobre la consulta del 9 de noviembre o un hipotético referéndum sobre la independencia de Cataluña, al considerarlos un asunto interior español donde no puede ni debe interferir. Pero el gobierno galo, tanto si es de izquierdas como ahora o si es de derechas, siempre apoyará y defenderá la unidad de España. La cultura democrática francesa y la organización del estado es jacobina (centralista) y mi país no verá nunca con buenos ojos que una nación tan cercana sea privada de una parte sustancial de su territorio.
También porque tal acontecimiento supondría un problema para la propia Francia. No hay que olvidar que los nacionalistas catalanes consideran la región de Perpiñán como una zona de su ideal de país. De hecho lo llaman Catalunya Nord. Lo mismo que ocurre con los vascos con Biarritz y Bayona.
Aceptar al Barça y al Espanyol en la Liga francesa sería mandar un mensaje a los propios separatistas franceses que podría resultar muy peligroso para la unidad de Francia.
Y en contra de los argumentos de algunos, el caso del Mónaco, que milita en la Ligue 1, no podría aplicarse con los clubes catalanes. El Principado es un Estado en sí pero que tiene una relación institucional muy especial con Francia. De hecho siempre está gobernado por un primer ministro de nacionalidad francesa, nombrado y mandado a Mónaco por el estado francés. Nada que ver con lo que sería una Cataluña independiente.